Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Hablemos sin tapujos | Política | PSOE
“Es ley de vida y ley de la política, nacional e internacional; ceder ante los chantajistas sólo acaba multiplicando los problemas y disparando los costes” Antonio Losada

Sánchez habla de votar. ¿No pedían esto los separatistas?

|

En la tradicional recepción del Rey, después de la celebración del desfile del día 12 de octubre, día de la Hispanidad, el señor Pedro Sánchez, después de cometer uno de estos errores de primerizo en estas lides del protocolo, situándose al lado de los reyes creyéndose que le correspondía estrechar las manos de los 1.500 invitados que acudieron a la recepción del monarca y verse en el trance de pasar la vergüenza de ser advertido, por el encargado del protocolo del acto, de que debía abandonar aquel puesto por no corresponderle; en las conversaciones que tuvieron lugar en los corrillos que se formaron al finalizar el acto, el señor Presidente del gobierno no tuvo empacho alguno en declarar a los que formaban parte del grupo que se reunió a su alrededor, sus más inmediatos proyectos sobre el tema catalán ( seguramente largamente discutidos con su compañero de aventuras, el señor Pablo Iglesias, convertido en su escudero político en virtud del pacto de “no agresión” firmado entre los dos políticos) que, según las informaciones que hoy aparecen en la prensa, se podría resumir en tres apartados : “aplacar, proponer y votar”.


Si ya resulta extraño que, si en realidad este es su propósito y no se trata de otro de los globos sonda, de los que tanto se valen los miembros de su gobierno para conocer la reacción de la población a sus proyectos; tendremos que admitir que ha pronunciado una expresión o palabro que, vistos los antecedentes y punto de partida del enfrentamiento Estado y soberanismo catalán, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que se produjo cuando los separatistas catalanes, sin encomendarse a Dios ni a la Virgen María, decidieron que podían convocar un referéndum popular en el que se sometiera a los votantes la pregunta de si, los catalanes, “tenían el derecho a decidir su futuro o no”. El gobierno se opuso y el TC admitió las alegaciones del mismo, fallando que se trataba de un acto anticonstitucional. Desde entonces la expresión “consulta popular” se había convertido, para los partidos constitucionalistas, en “tabú”, de la que no se quería ni oír hablar. Ahora, sin consultarlo con los partidos que pusieron en marcha la aplicación del 155 en Cataluña, a modo de confidencia dicha en voz alta y lugar público, el señor P.Sánchez se saca de la manga, con intención de convertirlo en una realidad, un nuevo plan que no parece que haya sido una idea improvisada del momento, antes hace suponer que el proyecto debe haber sido largamente meditado y consensuado con su aliado de Podemos, el señor P.Iglesias, así como la fecha y el lugar en el que se debía hacerlo público.


No se entiende que el PSOE, con un apoyo en el congreso de sólo 84 diputados, que depende de los apoyos de los separatistas vascos y catalanes, de Podemos y de otros grupos marginales para tener la mayoría absoluta que precisa para sacar adelante sus propuestas se meta en semejante berenjenal; precisamente cuando hace unos pocos días, el Parlament catalá había decidido la reprobación de SM el Rey y jefe de Estado de la nación española. Se habla de dialogar, y esto es lo que se lleva haciendo, por los gobiernos que han tenido que bregar con la amenaza del señor Artur Mas de declarar, unilateralmente, la independencia de Cataluña. Lo hizo Aznar (en otros términos y sin la virulencia de hogaño). Lo han intentado el señor Puidemont en sus etapa de presidente de la Generalitat, con modos más perentorios y resultados catastróficos y lo ha hecho su actual sucesor, el señor Torra, con modos desabridos, insultos, amenazas y actuaciones histriónicas que rozan muy de cerca lo que se podría calificar como una reproducción del golpe de estado que intentaron el 1 de octubre de 1.917.Y, en estos precisos momentos, sale Sánchez para decirnos que lo que se propone es seguir hablando con los independentistas cuando han sido ellos los que ya han fijado sus particulares líneas rojas consistentes en la liberación de los presos en las cárceles catalanas y el poner en solfa el tema de la consulta pedida desde el principio, aquel en el que se inició el enfrentamiento entre ambas administraciones. Lo que parece que ni Sánchez se ha tomado en serio ni los nacionalistas entienden es el hecho incuestionable es que, los presos, dependen de la Justicia por estar “investigados “o imputados de graves delitos en contra de la unión de España y, en consecuencia, no está dentro de las posibilidades del actual Gobierno el dejarlos en libertad, ni se puede convocar el referendo que siguen solicitando, dado que el TC ya lo declaró ilegal.


Lo que no nos dice el señor Sánchez y sería imprescindible que lo diese a conocer a todos los españoles a los que representa, es de qué materia, bajo qué condiciones y quiénes serían los que concurrieran a las negociaciones ( deberían estar representados todos los partidos del arco parlamentario a través del Congreso y del Senado), de qué temas en concreto se trataría y, suponiendo que los separatistas estuvieran dispuestos a renunciar a seguir en su empeño de pedir la independencia de España, qué sería lo que se les concedería para, digámoslo claramente, beneficiarlos a ellos con concesiones que pudieran estar por encima de las que se les han concedido al resto de autonomías españolas. ¿Se pueden conceder gabelas, financiaciones especiales o modificaciones de Estatutos que privilegien a Cataluña respecto a las demás regiones de España? No creemos que esto pueda suceder sin que las modificaciones solicitadas se consultaran a toda España a través de un referendo, como debería serlo cualquier otro tema que afectara a todos los españoles y supusiera alguna modificación de la vigente Constitución de 1.978.


Cuidado con los términos que se emplean porque, en ocasiones, las palabras puede interpretar de forma polivalente y, en este caso particular, en hablando del tema de la insumisión de Cataluña a los dispuesto en la Constitución y el ordenamiento jurídico patrio, el usar la palabra “aplacar” nos suena a aquella madre que cuando el bebé llora o le da el pecho para alimentarlo ( algo que ya se ha estado haciendo a través del FLA durante muchos años) o bien a pedir disculpas por haberlos enfadado, entregarles compensaciones por no haber atendido sus peticiones o el prometerles, para un futuro mediato, concesiones que precisamente en estos momentos las leyes españolas no lo permiten, tal y como están redactadas, pero que si llegaran a alcanzar el poder las izquierdas, tuvieran asumido el compromiso de cambiar las normas que ahora lo hacen imposible. Tenemos el convencimiento de que, a quienes les corresponde de verdad aplacar a los ofendidos, al resto de españoles que vienen siendo insultados, despreciados, repudiados e irritados desde todas las instancias de la Administración catalana y de las organizaciones separatistas que siguen insistiendo en considerar a España y los españoles como sus enemigos, por ser ellos quienes se lo merecen.


Finalmente, nuestro Presidente, se refiere a una votación. Debería aclararnos si la votación que está dispuesto a convocar ( deberá, por supuesto, ser convocada dentro de la legalidad vigente, un punto incuestionable) será exclusivamente para la comunidad catalana o sea, dentro de los límites de la autonomía, y el resto de españoles queden excluidos de poder opinar sobre los temas que sean puestos en cuestión o bien, que se trate de un referendo en el que todos los españoles estemos en igualdad de condiciones, sin distinciones de opiniones políticas, en el que se decida mayoritariamente si los cambios que se propongan para Cataluña van a influir negativamente para el resto de autonomía; si suponen una modificación de artículos constitucionales o si, de una forma u otra, suponga que los catalanes van a tener algún tipo de privilegios sobre los que tienen otorgados el resto de las 16 autonomías restantes. Es obvio que, el señor Sánchez, estando con un grupo de amigos puede hablar de lo que le dé la gana pero, si lo dicho ha trascendido hasta el punto de conocerse con cierto detalle el contenido de aquella conversación, es evidente que, para tranquilizar al resto de españoles y, especialmente a la más de la mitad de ciudadanos catalanes que no están de acuerdo con las propuestas separatistas y que, por circunstancias evidentes son los que más perjudicados pueden resultar de cualquier pacto que se pudiera celebrar entre el Gobierno y los separatistas, que pudiera limitar, aún más, las libertades y derechos ( ya suficientemente coartados) que como españoles y demócratas les corresponden de conformidad con lo dispuesto en la actual Constitución de 1.978, como españoles residentes en tierras catalanas.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos la necesidad de denunciar todo aquello que, como ciudadanos catalanes y españoles nos atañe, lo mismo que declararnos en contra de cualquier clase de modificación que pudiera hacer más incómoda, gravosa y desagradable la necesidad perentoria que tienen muchos de tener que seguir residiendo en Cataluña, una tierra que, por otra parte, se puede considerar privilegiada por su clima, sus paisajes y sus costumbres. Lo cortés no quita lo valiente.

Sánchez habla de votar. ¿No pedían esto los separatistas?

“Es ley de vida y ley de la política, nacional e internacional; ceder ante los chantajistas sólo acaba multiplicando los problemas y disparando los costes” Antonio Losada
Miguel Massanet
domingo, 14 de octubre de 2018, 12:46 h (CET)

En la tradicional recepción del Rey, después de la celebración del desfile del día 12 de octubre, día de la Hispanidad, el señor Pedro Sánchez, después de cometer uno de estos errores de primerizo en estas lides del protocolo, situándose al lado de los reyes creyéndose que le correspondía estrechar las manos de los 1.500 invitados que acudieron a la recepción del monarca y verse en el trance de pasar la vergüenza de ser advertido, por el encargado del protocolo del acto, de que debía abandonar aquel puesto por no corresponderle; en las conversaciones que tuvieron lugar en los corrillos que se formaron al finalizar el acto, el señor Presidente del gobierno no tuvo empacho alguno en declarar a los que formaban parte del grupo que se reunió a su alrededor, sus más inmediatos proyectos sobre el tema catalán ( seguramente largamente discutidos con su compañero de aventuras, el señor Pablo Iglesias, convertido en su escudero político en virtud del pacto de “no agresión” firmado entre los dos políticos) que, según las informaciones que hoy aparecen en la prensa, se podría resumir en tres apartados : “aplacar, proponer y votar”.


Si ya resulta extraño que, si en realidad este es su propósito y no se trata de otro de los globos sonda, de los que tanto se valen los miembros de su gobierno para conocer la reacción de la población a sus proyectos; tendremos que admitir que ha pronunciado una expresión o palabro que, vistos los antecedentes y punto de partida del enfrentamiento Estado y soberanismo catalán, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que se produjo cuando los separatistas catalanes, sin encomendarse a Dios ni a la Virgen María, decidieron que podían convocar un referéndum popular en el que se sometiera a los votantes la pregunta de si, los catalanes, “tenían el derecho a decidir su futuro o no”. El gobierno se opuso y el TC admitió las alegaciones del mismo, fallando que se trataba de un acto anticonstitucional. Desde entonces la expresión “consulta popular” se había convertido, para los partidos constitucionalistas, en “tabú”, de la que no se quería ni oír hablar. Ahora, sin consultarlo con los partidos que pusieron en marcha la aplicación del 155 en Cataluña, a modo de confidencia dicha en voz alta y lugar público, el señor P.Sánchez se saca de la manga, con intención de convertirlo en una realidad, un nuevo plan que no parece que haya sido una idea improvisada del momento, antes hace suponer que el proyecto debe haber sido largamente meditado y consensuado con su aliado de Podemos, el señor P.Iglesias, así como la fecha y el lugar en el que se debía hacerlo público.


No se entiende que el PSOE, con un apoyo en el congreso de sólo 84 diputados, que depende de los apoyos de los separatistas vascos y catalanes, de Podemos y de otros grupos marginales para tener la mayoría absoluta que precisa para sacar adelante sus propuestas se meta en semejante berenjenal; precisamente cuando hace unos pocos días, el Parlament catalá había decidido la reprobación de SM el Rey y jefe de Estado de la nación española. Se habla de dialogar, y esto es lo que se lleva haciendo, por los gobiernos que han tenido que bregar con la amenaza del señor Artur Mas de declarar, unilateralmente, la independencia de Cataluña. Lo hizo Aznar (en otros términos y sin la virulencia de hogaño). Lo han intentado el señor Puidemont en sus etapa de presidente de la Generalitat, con modos más perentorios y resultados catastróficos y lo ha hecho su actual sucesor, el señor Torra, con modos desabridos, insultos, amenazas y actuaciones histriónicas que rozan muy de cerca lo que se podría calificar como una reproducción del golpe de estado que intentaron el 1 de octubre de 1.917.Y, en estos precisos momentos, sale Sánchez para decirnos que lo que se propone es seguir hablando con los independentistas cuando han sido ellos los que ya han fijado sus particulares líneas rojas consistentes en la liberación de los presos en las cárceles catalanas y el poner en solfa el tema de la consulta pedida desde el principio, aquel en el que se inició el enfrentamiento entre ambas administraciones. Lo que parece que ni Sánchez se ha tomado en serio ni los nacionalistas entienden es el hecho incuestionable es que, los presos, dependen de la Justicia por estar “investigados “o imputados de graves delitos en contra de la unión de España y, en consecuencia, no está dentro de las posibilidades del actual Gobierno el dejarlos en libertad, ni se puede convocar el referendo que siguen solicitando, dado que el TC ya lo declaró ilegal.


Lo que no nos dice el señor Sánchez y sería imprescindible que lo diese a conocer a todos los españoles a los que representa, es de qué materia, bajo qué condiciones y quiénes serían los que concurrieran a las negociaciones ( deberían estar representados todos los partidos del arco parlamentario a través del Congreso y del Senado), de qué temas en concreto se trataría y, suponiendo que los separatistas estuvieran dispuestos a renunciar a seguir en su empeño de pedir la independencia de España, qué sería lo que se les concedería para, digámoslo claramente, beneficiarlos a ellos con concesiones que pudieran estar por encima de las que se les han concedido al resto de autonomías españolas. ¿Se pueden conceder gabelas, financiaciones especiales o modificaciones de Estatutos que privilegien a Cataluña respecto a las demás regiones de España? No creemos que esto pueda suceder sin que las modificaciones solicitadas se consultaran a toda España a través de un referendo, como debería serlo cualquier otro tema que afectara a todos los españoles y supusiera alguna modificación de la vigente Constitución de 1.978.


Cuidado con los términos que se emplean porque, en ocasiones, las palabras puede interpretar de forma polivalente y, en este caso particular, en hablando del tema de la insumisión de Cataluña a los dispuesto en la Constitución y el ordenamiento jurídico patrio, el usar la palabra “aplacar” nos suena a aquella madre que cuando el bebé llora o le da el pecho para alimentarlo ( algo que ya se ha estado haciendo a través del FLA durante muchos años) o bien a pedir disculpas por haberlos enfadado, entregarles compensaciones por no haber atendido sus peticiones o el prometerles, para un futuro mediato, concesiones que precisamente en estos momentos las leyes españolas no lo permiten, tal y como están redactadas, pero que si llegaran a alcanzar el poder las izquierdas, tuvieran asumido el compromiso de cambiar las normas que ahora lo hacen imposible. Tenemos el convencimiento de que, a quienes les corresponde de verdad aplacar a los ofendidos, al resto de españoles que vienen siendo insultados, despreciados, repudiados e irritados desde todas las instancias de la Administración catalana y de las organizaciones separatistas que siguen insistiendo en considerar a España y los españoles como sus enemigos, por ser ellos quienes se lo merecen.


Finalmente, nuestro Presidente, se refiere a una votación. Debería aclararnos si la votación que está dispuesto a convocar ( deberá, por supuesto, ser convocada dentro de la legalidad vigente, un punto incuestionable) será exclusivamente para la comunidad catalana o sea, dentro de los límites de la autonomía, y el resto de españoles queden excluidos de poder opinar sobre los temas que sean puestos en cuestión o bien, que se trate de un referendo en el que todos los españoles estemos en igualdad de condiciones, sin distinciones de opiniones políticas, en el que se decida mayoritariamente si los cambios que se propongan para Cataluña van a influir negativamente para el resto de autonomía; si suponen una modificación de artículos constitucionales o si, de una forma u otra, suponga que los catalanes van a tener algún tipo de privilegios sobre los que tienen otorgados el resto de las 16 autonomías restantes. Es obvio que, el señor Sánchez, estando con un grupo de amigos puede hablar de lo que le dé la gana pero, si lo dicho ha trascendido hasta el punto de conocerse con cierto detalle el contenido de aquella conversación, es evidente que, para tranquilizar al resto de españoles y, especialmente a la más de la mitad de ciudadanos catalanes que no están de acuerdo con las propuestas separatistas y que, por circunstancias evidentes son los que más perjudicados pueden resultar de cualquier pacto que se pudiera celebrar entre el Gobierno y los separatistas, que pudiera limitar, aún más, las libertades y derechos ( ya suficientemente coartados) que como españoles y demócratas les corresponden de conformidad con lo dispuesto en la actual Constitución de 1.978, como españoles residentes en tierras catalanas.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos la necesidad de denunciar todo aquello que, como ciudadanos catalanes y españoles nos atañe, lo mismo que declararnos en contra de cualquier clase de modificación que pudiera hacer más incómoda, gravosa y desagradable la necesidad perentoria que tienen muchos de tener que seguir residiendo en Cataluña, una tierra que, por otra parte, se puede considerar privilegiada por su clima, sus paisajes y sus costumbres. Lo cortés no quita lo valiente.

Noticias relacionadas

Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.

Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto