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Los refranes: un tema nuevamente sujeto a reflexión

Críticas a refranes (IV)

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La finalidad de este artículo de opinión es efectuar el cuarto análisis sobre la temática de los refranes. Ciertamente, éstos suelen surgir desde la improvisación a modo de explicar un relato. La intencionalidad del artículo, tal y como se ha pretendido en los demás, es poner el foco en la raíz de éstos para detectar sus puntos débiles.


El primer refrán susceptible de ser analizado es: "Quien calla, otorga.” Es decir, quien no se manifiesta ante una premisa o cuestión, da a entender que muestra su aprobación. Y esto es rotundamente falso. Deducir que la ausencia de contestación conlleva una respuesta afirmativa es situar el análisis en el terreno del reduccionismo. De hecho, los motivos por los cuales un sujeto se mantiene en silencio pueden ser múltiples; esto es, por vergüenza, por temor a la autoridad, por no querer generar ninguna confrontación, por miedo a las represalias, por dudar en la respuesta, por no querer sentirse rechazado, entre otros. Así pues, es evidente que es absolutamente erróneo encasillarse en una de las respuestas. Y es que, al fin y al cabo, utilizar este proverbio es cometer la falacia ex silentio.


El segundo dicho objeto a reflexión es: "El que la sigue, la consigue." Básicamente, significa que las personas que incorporan todos los medios posibles para lograr un fin lo acaban logrando. Es evidente que no necesariamente es así. De hecho, no me aventuraría a posicionarme entorno a las probabilidades de la cuestión. En cualquier caso, en este proverbio se confunde meritocracia con exitocracia.


La meritocracia implica adoptar la cultura del esfuerzo, y en cambio la exitocracia se centra en lograr la meta. Por ejemplo, Pablo ha estudiado 10 horas y ha suspendido; en cambio, Pepe ha estudiado 5 horas y ha aprobado. La diferencia entre Pablo y Pepe en relación al éxito está en las estrategias adoptadas en el estudio; mientras Pepe estructuró una metodología para la comprensión y el recuerdo de los temas clave, Pablo se dedicó a aprender de memoria el contenido completo. Así pues, el esfuerzo no necesariamente conlleva al éxito, y por lo tanto, incrementar el esfuerzo no es sinónimo de resultados. El camino debe ser el de optimizar los medios de forma estratégica para obtener el fin.


En cualquier caso, el proverbio también nos sitúa en el escenario de poder conseguir todo lo que nos propongamos. Incluso si asumiéramos que los medios deben ser optimizados y estratégicos, hay metas muy difícilmente asumibles. Por ejemplo, no todas las personas pueden convertirse en el mejor jugador de fútbol del mundo.


Por último, otro refrán que se utiliza a modo de explicación es: "El que mucho ofrece, poco da." Este dicho socializa la infravaloración de la entrega. Y es que, se concluye que la persona que verbaliza ofrecer en realidad oculta su verdadera intencionalidad. En este sentido, se procede desde la sospecha. En efecto, se promueve la desconfianza. Por lo tanto, es un refrán no conveniente.

Críticas a refranes (IV)

Los refranes: un tema nuevamente sujeto a reflexión
Cude
viernes, 5 de octubre de 2018, 07:23 h (CET)

La finalidad de este artículo de opinión es efectuar el cuarto análisis sobre la temática de los refranes. Ciertamente, éstos suelen surgir desde la improvisación a modo de explicar un relato. La intencionalidad del artículo, tal y como se ha pretendido en los demás, es poner el foco en la raíz de éstos para detectar sus puntos débiles.


El primer refrán susceptible de ser analizado es: "Quien calla, otorga.” Es decir, quien no se manifiesta ante una premisa o cuestión, da a entender que muestra su aprobación. Y esto es rotundamente falso. Deducir que la ausencia de contestación conlleva una respuesta afirmativa es situar el análisis en el terreno del reduccionismo. De hecho, los motivos por los cuales un sujeto se mantiene en silencio pueden ser múltiples; esto es, por vergüenza, por temor a la autoridad, por no querer generar ninguna confrontación, por miedo a las represalias, por dudar en la respuesta, por no querer sentirse rechazado, entre otros. Así pues, es evidente que es absolutamente erróneo encasillarse en una de las respuestas. Y es que, al fin y al cabo, utilizar este proverbio es cometer la falacia ex silentio.


El segundo dicho objeto a reflexión es: "El que la sigue, la consigue." Básicamente, significa que las personas que incorporan todos los medios posibles para lograr un fin lo acaban logrando. Es evidente que no necesariamente es así. De hecho, no me aventuraría a posicionarme entorno a las probabilidades de la cuestión. En cualquier caso, en este proverbio se confunde meritocracia con exitocracia.


La meritocracia implica adoptar la cultura del esfuerzo, y en cambio la exitocracia se centra en lograr la meta. Por ejemplo, Pablo ha estudiado 10 horas y ha suspendido; en cambio, Pepe ha estudiado 5 horas y ha aprobado. La diferencia entre Pablo y Pepe en relación al éxito está en las estrategias adoptadas en el estudio; mientras Pepe estructuró una metodología para la comprensión y el recuerdo de los temas clave, Pablo se dedicó a aprender de memoria el contenido completo. Así pues, el esfuerzo no necesariamente conlleva al éxito, y por lo tanto, incrementar el esfuerzo no es sinónimo de resultados. El camino debe ser el de optimizar los medios de forma estratégica para obtener el fin.


En cualquier caso, el proverbio también nos sitúa en el escenario de poder conseguir todo lo que nos propongamos. Incluso si asumiéramos que los medios deben ser optimizados y estratégicos, hay metas muy difícilmente asumibles. Por ejemplo, no todas las personas pueden convertirse en el mejor jugador de fútbol del mundo.


Por último, otro refrán que se utiliza a modo de explicación es: "El que mucho ofrece, poco da." Este dicho socializa la infravaloración de la entrega. Y es que, se concluye que la persona que verbaliza ofrecer en realidad oculta su verdadera intencionalidad. En este sentido, se procede desde la sospecha. En efecto, se promueve la desconfianza. Por lo tanto, es un refrán no conveniente.

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