E sinsabor del ingrato dolor
en la avenida Togawitch de Konsullivo treinta…
No y cien mil veces que “no”.
No me sorprenderá el dolor
siendo una dama,
seré entonces un ser hecho a medida
de este mundo violento
en que me encuentro.
Seré entonces uno más
que acepta el día a día
y que podrá recibir las bofetadas
sin padecer los desmayos
propios... de una dama.
Me costará "el ser tan dura
y no ser buena".
En mi corazón de mujer
no habrá perdón,
nadie sabrá que en el fondo
me hacen daño
por esa dama que fui
en el pasado.
Pero para sobrevivir, lograré resistir,
y seré una más que pone el pecho
para que se lo destrocen
los deshonestos.
(De Tsunami de Rosas).