El notición de hace unas semanas del fichaje de Fernando Alonso por Mc Laren-Mercedes para 2007 ha eclipsado la difícil situación de otro hombre de esta escudería, que ha hecho méritos sobrados para pilotar un coche oficial de garantías en esta u otra escudería de nivel.

Me refiero a Pedro Martínez De la Rosa, un piloto modesto, que ha disputado ya 63 Grandes Premios y que tiene en su haber una 5ª plaza en la parrilla del G.P. de Alemania de 2000, el mismo 5º puesto que repitió el año pasado en el G.P. de Bahrein. Buen detalle, por cierto de su compañero Juan Pablo Montoya, que al saber que Pedro sería su sustituto (por una lesión) le llamó para decirle: “es una oportunidad, aprovéchala” y lo hizo, quitándose el sambenito de piloto de escuderías pequeñas o de entrenamientos.

Sin embargo, casi un año después la situación deportiva de este barcelonés de 34 años parece estancada y con un dudoso futuro, ante la inminente llegada del campeón del mundo. La relación entre ambos no es ni buena ni mala, no existe; son estilos completamente diferentes, De la Rosa es un tipo natural y cercano, que ilustra como pocos todos los entresijos de cada carrera en las retransmisiones de Telecinco. Da gusto oírle, ciertamente, ha enseñado mucho sobre Fórmula Uno al aficionado españolito medio, y al no aficionado también.

Pero si algo ha demostrado ser De la Rosa es luchador. Cuando tenía 23 años estuvo en un tris de abandonar su carrera después de haber competido y ganado numerosas carreras y campeonatos en España e Inglaterra, al no contar con más apoyo por parte de la Federación. Una llamada de última hora desde Japón le salvó; durante 3 años compitió con Toyota. La vida en Japón no le resultó fácil y las peleas con los mecánicos fueron constantes, pero aun con todo, consiguió ganar la Formula 3000 japonesa. Entonces llegó la llamada del mítico Eddie Jordan y la oportunidad para ingresar en la Fórmula Uno, de pasar de correr a 290 km / h a 360; esto fue en 1998 y desde entonces ha sido probador, piloto oficial y de nuevo piloto, en Arrows, Jaguar y Mc Laren.

Es un mundo complicado este de la Fórmula Uno y muchos pilotos desearían estar en la piel de Pedro, pero un gran piloto como él no puede conformarse con ser probador. Ha demostrado calidad y coraje como para ser piloto titular; y es que el catalán corre tan rápido en los entrenos como el campeón del mundo.

Paradójicamente, en la misma competición vemos ejemplos en sentido contrario: casos como el de Takuma Sato, piloto oficial en una buena escudería como BAR Honda, disponiendo de uno de los 4 o 5 mejores coches del circuito y habiendo obtenido un único punto en 2005; la nacionalidad japonesa del sponsor Honda ha sido decisiva.

En fin, que a mes y medio de empezar la temporada, esperemos que 2006 sea justo con De la Rosa. Que cuando le llegue la oportunidad, que llegará, sepa aprovecharla y su escudería valore el verdadero nivel del catalán ... aun a costa de perder un magnífico comentarista de Fórmula Uno.