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Opinión
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A. Morillo, Badajoz

Dedicado al Día de Extremadura

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Esta tierra maravillosa es muy apacible para la vida. Especialmente para algunos privilegiados Latifundistas, Políticos (que son tantos que parece esto un cantón de China) y unos cuantos dueños (o quién sabe si testaferros) de ciertas Empresas que se están poniendo, como vulgarmente se dice, las botas; merced, lógicamente, a las innumerables ayudas de la Junta de Extremadura, las Diputaciones Provinciales y demás Entes de nuestra, reitero, maravillosa Comunidad Autónoma (C.A.). Y, cómo no, para la multitudinaria “cabaña” de borregos que dicen amén a todo lo que los socialistas les proponen con tal de seguir llenándose el mondongo sin darle palo al agua, escondidos en cualquier puesto de cualquiera de las Administraciones Públicas dominadas desde el inicio de la dedocracia por personajes de la envanecida alzada de Ibarra o Fernández Vara y sus “mariachis” cuchipandingueros. ¿O no? Decía Jean de La Bruyère que “la vida es una tragedia para los que sienten, y una comedia para los que piensan”. ¡Lástima!, pues aquí en Extremadura, contradictoriamente, “la vida es una tragedia para la mayoría y más para los que piensan algo”…, “y una comedia rocambolesca muy rentable para los que no sienten nada”. Pero, no obstante, lo cierto es que Extremadura, para conocimiento de propios y extraños, resulta “un ejemplo a seguir”. Pues miren Vds.:

Gozamos del IRPF más caro del país. En razón, imagino, de que tenemos la media salarial más alta de todas las CCAA, pues sino no sería posible, y a pesar de que las rentas del capital aquí, caso único del país, supuestamente, superan a las del trabajo. Sí, porque, sencillamente, sólo curran unos pocos, ya que, la mayoría son políticos o están cerca de la política y de ahí esos suculentos emolumentos de media. Quietos pues con las reformas fiscales, Sres. del Gobierno, no se vayan a enfadar los compañeros Conservadores y para qué queremos más, ¡menuda es la Sra. Botín y el resto del clan del Ibex y Compañía!

Al igual que el IBI. Para entendernos, la conocida Contribución rústica y urbana. Un golazo por la escuadra, pues aún siendo la más barata del país, según dicen nuestros político, ¡ole el arte de la engañifa!, no lo pagan ni las oficinas que lo cobran, caso de Castuera por ejemplo…, y me atrevería a asegurar -aunque no quiero líos y preferible es decir presuntamente- que en el mismo caso están, sino todas, la mayoría de las que las Diputaciones tienen establecidas en todo el territorio extremeño. Los edificios públicos -algo desconocido para casi todos- se saltan a la torera estos impuestos que los pobrecitos pueblerinos de esta tierra, seguramente sin razón según el criterio político, nos quejamos de perder; eso sí, no todos, sólo servidor y “cuatro” más; y a pesar de que seguro que sí van incluidos en los Presupuestos de todas las Localidades donde no deja de haber alguno. Todo, además, sin contar a los que se les perdona dicho IBI porque son pobres y no pueden hacer frente a impuestos del tal envergadura, caso de multitud de Empresas que tienen millones de facturación y Señoritos de postín de los más de diez mil que hay en toda nuestra C.A. Pero, sino nos hace falta, ¡tío!..., qué más da.

Los índices de pobreza, tanto relativa como severa (incluida la infantil), indiscutiblemente, (corríjanme si no estoy en lo cierto) son los más bajos del país; no hay que hacer caso a lo que se diga por ahí: aquí todo el mundo vive de puta madre (con perdón) para arriba, como…, mejor no lo digo. Por tener, tenemos las mejores redes de carreteras (nuestras autovías dan la vuelta a toda Extremadura, ¿lo saben, no?) y ferroviarias (con el mayor número de trenes de alta velocidad del país y que jamás tienen alguna avería, ¿cierto o no?), o sea, todo un paraíso para viajeros y transportistas.

Los extremeños somos los que menos impuestos, tasas y cánones pagan de todo el territorio nacional; sobre todo, los militantes, familiares y amigos de alguno de los políticos de cualquiera de las dos grandes formaciones que nos mandan, que, previsiblemente (salvo la consabida excepción que hace la regla), no abonan ninguno. Podría citar casos con nombre y apellidos, pero eso mejor dejarlo para los Juzgados.

Y del desempleo, qué quieren que les diga si aquí no hay parados; es sólo que lo hacemos todo tan bien que nos sobra tiempo y parece que estamos en paro (presuntamente, las listas las rellenan los políticos para coger las subvenciones, pero son “falsas”), y por eso, en esta C.A., no existe el mundo sindical, ¿para qué?, si no hay ningún conflicto ni existen los cursos de formación ni los ERES; tontería pues, pedir una reforma laboral a nuestra ministra de trabajo.

Y la medicina, ¿conocen alguna CCAA que tenga más médicos por número de habitantes que nosotros, o más hospitales, todos con un funcionamiento ejemplar empezando por el de Don Benito-Villanueva? ¡La medalla de Extremadura para el Consejero ya!, por favor. Somos los reyes del mundo sanitario (más de tres años de media esperando para una consulta obligatoria de cardiología anual, y más de ¡95.000 personas! -según se dice- en la lista de espera para una intervención quirúrgica) gracias, sobre todo, a haber exigido la nota más baja de Selectividad para poder estudiar medicina durante décadas. ¿O no?

En la economía, como no, ¡los reyes, tío, los reyes!, ¿qué Región de España o de cualquier otro país es capaz de superar el dato de tener el mismo PIB que hace treinta o más años? Ni los chinos lo han conseguido. Y ya que ha salido lo de la economía, ¿qué me pueden apuntar de las Empresas Públicas que tenemos si son las mejores del país y las más duraderas?; hasta hay alguna que sobrevive desde la Expo de Sevilla…, y son tantas que sólo nos hacen falta unos cuantos Jordi Sevilla para que todo salga a pedir de boca.

De Educación y Universidades, claro que podemos hablar, pues estamos entre los primeros en el índice Pisa, ¿no?, y con Universidades donde hay carreras con más profesores que alumnos, que ni Harvard nos iguala. Ni una Universidad entre las ¡800 mejores! del mundo, todo un record.

Por último, mejor no hablar de desigualdades sociales, latifundios o respeto por el medio ambiente, donde somos campeones de campeones como el At. Madrid.

Y en fin, para que no digan que no somos los “reyes del mambo”, nos acabamos de apuntar el premio del parque móvil más antiguo de todas las CCAA; pero, ¿para qué queremos comprar coches nuevos si los que tenemos son todos de alta gama y duran el doble que los demás?, sería de tontos, ¿no? Para algo tiene que servir, digo yo, ser los mejores asalariados del país.

Lo dicho, que no hay quien nos iguale: “Extremadura es un ejemplo a seguir”.

Dedicado al Día de Extremadura

A. Morillo, Badajoz
Lectores
miércoles, 5 de septiembre de 2018, 12:11 h (CET)
Esta tierra maravillosa es muy apacible para la vida. Especialmente para algunos privilegiados Latifundistas, Políticos (que son tantos que parece esto un cantón de China) y unos cuantos dueños (o quién sabe si testaferros) de ciertas Empresas que se están poniendo, como vulgarmente se dice, las botas; merced, lógicamente, a las innumerables ayudas de la Junta de Extremadura, las Diputaciones Provinciales y demás Entes de nuestra, reitero, maravillosa Comunidad Autónoma (C.A.). Y, cómo no, para la multitudinaria “cabaña” de borregos que dicen amén a todo lo que los socialistas les proponen con tal de seguir llenándose el mondongo sin darle palo al agua, escondidos en cualquier puesto de cualquiera de las Administraciones Públicas dominadas desde el inicio de la dedocracia por personajes de la envanecida alzada de Ibarra o Fernández Vara y sus “mariachis” cuchipandingueros. ¿O no? Decía Jean de La Bruyère que “la vida es una tragedia para los que sienten, y una comedia para los que piensan”. ¡Lástima!, pues aquí en Extremadura, contradictoriamente, “la vida es una tragedia para la mayoría y más para los que piensan algo”…, “y una comedia rocambolesca muy rentable para los que no sienten nada”. Pero, no obstante, lo cierto es que Extremadura, para conocimiento de propios y extraños, resulta “un ejemplo a seguir”. Pues miren Vds.:

Gozamos del IRPF más caro del país. En razón, imagino, de que tenemos la media salarial más alta de todas las CCAA, pues sino no sería posible, y a pesar de que las rentas del capital aquí, caso único del país, supuestamente, superan a las del trabajo. Sí, porque, sencillamente, sólo curran unos pocos, ya que, la mayoría son políticos o están cerca de la política y de ahí esos suculentos emolumentos de media. Quietos pues con las reformas fiscales, Sres. del Gobierno, no se vayan a enfadar los compañeros Conservadores y para qué queremos más, ¡menuda es la Sra. Botín y el resto del clan del Ibex y Compañía!

Al igual que el IBI. Para entendernos, la conocida Contribución rústica y urbana. Un golazo por la escuadra, pues aún siendo la más barata del país, según dicen nuestros político, ¡ole el arte de la engañifa!, no lo pagan ni las oficinas que lo cobran, caso de Castuera por ejemplo…, y me atrevería a asegurar -aunque no quiero líos y preferible es decir presuntamente- que en el mismo caso están, sino todas, la mayoría de las que las Diputaciones tienen establecidas en todo el territorio extremeño. Los edificios públicos -algo desconocido para casi todos- se saltan a la torera estos impuestos que los pobrecitos pueblerinos de esta tierra, seguramente sin razón según el criterio político, nos quejamos de perder; eso sí, no todos, sólo servidor y “cuatro” más; y a pesar de que seguro que sí van incluidos en los Presupuestos de todas las Localidades donde no deja de haber alguno. Todo, además, sin contar a los que se les perdona dicho IBI porque son pobres y no pueden hacer frente a impuestos del tal envergadura, caso de multitud de Empresas que tienen millones de facturación y Señoritos de postín de los más de diez mil que hay en toda nuestra C.A. Pero, sino nos hace falta, ¡tío!..., qué más da.

Los índices de pobreza, tanto relativa como severa (incluida la infantil), indiscutiblemente, (corríjanme si no estoy en lo cierto) son los más bajos del país; no hay que hacer caso a lo que se diga por ahí: aquí todo el mundo vive de puta madre (con perdón) para arriba, como…, mejor no lo digo. Por tener, tenemos las mejores redes de carreteras (nuestras autovías dan la vuelta a toda Extremadura, ¿lo saben, no?) y ferroviarias (con el mayor número de trenes de alta velocidad del país y que jamás tienen alguna avería, ¿cierto o no?), o sea, todo un paraíso para viajeros y transportistas.

Los extremeños somos los que menos impuestos, tasas y cánones pagan de todo el territorio nacional; sobre todo, los militantes, familiares y amigos de alguno de los políticos de cualquiera de las dos grandes formaciones que nos mandan, que, previsiblemente (salvo la consabida excepción que hace la regla), no abonan ninguno. Podría citar casos con nombre y apellidos, pero eso mejor dejarlo para los Juzgados.

Y del desempleo, qué quieren que les diga si aquí no hay parados; es sólo que lo hacemos todo tan bien que nos sobra tiempo y parece que estamos en paro (presuntamente, las listas las rellenan los políticos para coger las subvenciones, pero son “falsas”), y por eso, en esta C.A., no existe el mundo sindical, ¿para qué?, si no hay ningún conflicto ni existen los cursos de formación ni los ERES; tontería pues, pedir una reforma laboral a nuestra ministra de trabajo.

Y la medicina, ¿conocen alguna CCAA que tenga más médicos por número de habitantes que nosotros, o más hospitales, todos con un funcionamiento ejemplar empezando por el de Don Benito-Villanueva? ¡La medalla de Extremadura para el Consejero ya!, por favor. Somos los reyes del mundo sanitario (más de tres años de media esperando para una consulta obligatoria de cardiología anual, y más de ¡95.000 personas! -según se dice- en la lista de espera para una intervención quirúrgica) gracias, sobre todo, a haber exigido la nota más baja de Selectividad para poder estudiar medicina durante décadas. ¿O no?

En la economía, como no, ¡los reyes, tío, los reyes!, ¿qué Región de España o de cualquier otro país es capaz de superar el dato de tener el mismo PIB que hace treinta o más años? Ni los chinos lo han conseguido. Y ya que ha salido lo de la economía, ¿qué me pueden apuntar de las Empresas Públicas que tenemos si son las mejores del país y las más duraderas?; hasta hay alguna que sobrevive desde la Expo de Sevilla…, y son tantas que sólo nos hacen falta unos cuantos Jordi Sevilla para que todo salga a pedir de boca.

De Educación y Universidades, claro que podemos hablar, pues estamos entre los primeros en el índice Pisa, ¿no?, y con Universidades donde hay carreras con más profesores que alumnos, que ni Harvard nos iguala. Ni una Universidad entre las ¡800 mejores! del mundo, todo un record.

Por último, mejor no hablar de desigualdades sociales, latifundios o respeto por el medio ambiente, donde somos campeones de campeones como el At. Madrid.

Y en fin, para que no digan que no somos los “reyes del mambo”, nos acabamos de apuntar el premio del parque móvil más antiguo de todas las CCAA; pero, ¿para qué queremos comprar coches nuevos si los que tenemos son todos de alta gama y duran el doble que los demás?, sería de tontos, ¿no? Para algo tiene que servir, digo yo, ser los mejores asalariados del país.

Lo dicho, que no hay quien nos iguale: “Extremadura es un ejemplo a seguir”.

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