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Etiquetas | Operación Chamartín | Urbanismo | Madrid
Junto al magnolio, gresca de tocayos

Operación Chamartín (XXXIX)

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Fotonoticia 20180727170214 640

Por Socha (Firma colectiva) 


Julio de 2018. Junto al magnolio, césped y flores blancas. Y magnolias viejas, que se oxidan a poco de nacer. Al enchufarlo, en el PC aparece el avisador-vigía “Últimas noticias sobre la Operación Chamartín”. Unas son efímeras, como magnolias. Otras se oxidarán en pocos días y se harán viejas como piñas de magnolio; de ellas, una llama la atención como piñata de unicornio.


Con un clic apareció lo que advertimos: Para final de mes, se repite la noticia que el año pasado sirvió para disimular las penurias que había en torno a la Operación Chamartín. Y que siguen existiendo, con cambio de gestores en el Ministerio de Fomento-ADIF y con alteraciones en el clima de convivencia en el Ayuntamiento de Madrid. Este año, como el anterior, se pretendía que la floración de la Operación Chamartín fuera el anuncio de un acuerdo logrado a final del mes de julio. El mismo acuerdo del año pasado. Pasado por año; y por algo más que, sospechado, hemos ido descubriendo a trozos y contando, también a trozos, hasta donde las pruebas y la prudencia dejan.


Lo anunciaron en el Palacio de Cibeles los mismos que el año pasado: Ministerio de Fomento-ADIF, Ayuntamiento de Madrid y DCN. Con fotos nuevas. También había otras noticias: Acusan a Ahora-Madrid de facilitar el “pelotazo” de la Operación Chamartín. Cuatro informes frenan la Operación Chamartín. Fomento anuncia que ya hay acuerdo para desarrollar la operación. Carmena se desvincula de Podemos. Garrido (Presidente de la CAM de Madrid) denuncia que a la Operación Chamartín le falta el estudio ambiental - que incluye 18 estudios, algunos ya realizados - y que es preceptivo para que el desarrollo urbanístico se apruebe; (se aprobará). ADIF concedió un pelotazo inmobiliario al marido de su presidenta, que relata J. Vidal en Merca2.es.


Merecía la pena entrar en los negocios de Álvarez Rivera, que es el marido de la Presidenta de ADIF Pardo de Vera. Y entramos. Descubrimos una subasta, por lotes, para construir viviendas en el barrio de Cornes de Santiago de Compostela. En terrenos de ADIF convertidos en “Caramelo por el que estaban expectantes todas las promotoras en la capital gallega... quisimos ir, pero nos indicaron que mejor no presentarnos a la subasta... Tenemos más obras con ADIF”, atribuía Vidal al adjudicatario. Raro en ADIF, que, además de acrónimo de Administrador de Estructuras Ferroviarias, es un nombre de origen hebreo que significa “el preferido”. Un preferido compostelano. Otro asunto más. Para tener en cuenta, por si aparece colgando o como piña de magnolio en la Operación Chamartín.


Tras el pelotazo inmobiliario gallego, apareció resplandeciente, como piñata de unicornio con juguetes, la gresca que hay entre sectores de la izquierda municipal de Madrid a cuenta de la Operación Chamartín. Lo publicaba El Confidencial con un título que invitaba a coger la pluma (como palo) y meterse en la lectura (dando golpes) para ver qué juguetes había en una olla (artículo) que firmaba José Manuel Calvo, el concejal de Desarrollo Urbano sostenible del Ayuntamiento de Madrid.


“Mangada y la Operación Chamartín”, titulaba Calvo, metiéndose en un berenjenal que conocimos hace tiempo, que hemos aireado cuando ha sido necesario y que ahora aparece como odre putrefacto de un totum revolutum en el que no se usa todo lo que importa - porque acaso no convenga - y sólo trata de reconducir al arquitecto Mangada, para acomodarlo en posición contraria a la que él mismo definió hace unos días en el diario El País. Y es que Mangada, como vimos, es contrario a algunas propuestas municipales sobre la Operación Chamartín.


No es fácil saber qué razones tiene Calvo para enfrentarse a Mangada (Concejal de Urbanismo con Tierno; y consejero de Ordenación del Territorio, Medio Ambiente y Vivienda; y de Política Territorial, Obras Públicas, Transporte y Urbanismo de la Comunidad de Madrid con Leguina). Calvo es un arquitecto joven, sin experiencia constructiva y cuya formación urbanística se reduce a un doctorado, mientras que Mangada es una autoridad del Urbanismo “¿Mangada o Calvo?”, preguntamos a un urbanista. “Cuando Mangada ya era Mangada, Calvo aún era un bebé”, respondió.


Por eso, en la piñata de unicornio que es el escrito de Calvo, hay dos cuestiones que ver: Su saña, con la falta de afecto y respeto que lleva implícita. Y por qué afrenta públicamente, incluso ridiculiza, a una figura nacional en el Urbanismo de la Izquierda.


La virulencia del escrito queda patente en tres textos que transcribimos:


“...sorprende, en primer lugar, que quien fuera el inventor de los convenios urbanísticos ahora confunda este instrumento, prohibido hace años por los tribunales por el mal uso que se hizo de ellos, con un contrato mercantil entre dos empresas, una privada y otra pública. Y sorprende aún más que la solución del, en otros tiempos, pragmático Mangada pase por no renovar un contrato en vigor desde hace 24 años abocando con ello a una judicialización de esta actuación urbanística que no sabemos ni en cuánto tiempo ni de qué forma se llegaría a resolver”.


“Mangada concluye afirmando, entre exclamaciones, que el suelo público está para responder a las necesidades y esperanzas de la ciudadanía y no como mercancía. Faltaría más. De hecho olvida que no sólo el suelo público sino también el privado debe responder a esas necesidades y a esas esperanzas, de ahí las cargas y obligaciones que establece la regulación urbanística sobre los suelos que no son de titularidad pública”.


“Todo esto lo sabe muy bien Eduardo. O debería saberlo antes de afirmar tan alegremente que el proyecto es lesivo sin más razón que hay detrás un grupo inversor. Curioso argumento viniendo de alguien que durante años tuvo que discutir, negociar y acordar con los muchos y muy diversos actores (públicos y privados) que intervienen en la construcción de la ciudad. Y por eso precisamente le recordamos, porque fue capaz de hacer un urbanismo progresista asumiendo los límites, contradicciones y concesiones que exige cualquier acción de gobierno. Ojalá en el próximo artículo volvamos a reconocer a Mangada de aquellos tiempos”


Siguiendo la gresca entre sectores de la izquierda madrileña, unos en Ahora-Madrid junto a la alcaldesa Carmena (como Calvo), otros críticos con ella (IU y anticapitalistas) y otros al margen, queda ocuparse de los motivos que puede tener Calvo para afrentar a Mangada. Sugiramos algunos en forma de pregunta: ¿Pretende enseñarle Urbanismo? ¿Intenta mostrar, al electorado o a alguien distinto, que Mangada yerra con sus críticas? ¿Afianza posiciones o estrategias para distraer o conseguir algo? ¿Con lo dicho, de cosecha propia o con razones de otros, pretende servir a alguien?.


Sin aventurar respuestas, hay algo más en la piñata: Calvo y su futuro. Y el marido de la alcaldesa de Madrid, el arquitecto Leira, coetáneo de Mangada y tocayo.


¡Hum! Junto al magnolio, gresca de tocayos. 

Operación Chamartín (XXXIX)

Junto al magnolio, gresca de tocayos
Redacción
jueves, 2 de agosto de 2018, 07:36 h (CET)

Fotonoticia 20180727170214 640

Por Socha (Firma colectiva) 


Julio de 2018. Junto al magnolio, césped y flores blancas. Y magnolias viejas, que se oxidan a poco de nacer. Al enchufarlo, en el PC aparece el avisador-vigía “Últimas noticias sobre la Operación Chamartín”. Unas son efímeras, como magnolias. Otras se oxidarán en pocos días y se harán viejas como piñas de magnolio; de ellas, una llama la atención como piñata de unicornio.


Con un clic apareció lo que advertimos: Para final de mes, se repite la noticia que el año pasado sirvió para disimular las penurias que había en torno a la Operación Chamartín. Y que siguen existiendo, con cambio de gestores en el Ministerio de Fomento-ADIF y con alteraciones en el clima de convivencia en el Ayuntamiento de Madrid. Este año, como el anterior, se pretendía que la floración de la Operación Chamartín fuera el anuncio de un acuerdo logrado a final del mes de julio. El mismo acuerdo del año pasado. Pasado por año; y por algo más que, sospechado, hemos ido descubriendo a trozos y contando, también a trozos, hasta donde las pruebas y la prudencia dejan.


Lo anunciaron en el Palacio de Cibeles los mismos que el año pasado: Ministerio de Fomento-ADIF, Ayuntamiento de Madrid y DCN. Con fotos nuevas. También había otras noticias: Acusan a Ahora-Madrid de facilitar el “pelotazo” de la Operación Chamartín. Cuatro informes frenan la Operación Chamartín. Fomento anuncia que ya hay acuerdo para desarrollar la operación. Carmena se desvincula de Podemos. Garrido (Presidente de la CAM de Madrid) denuncia que a la Operación Chamartín le falta el estudio ambiental - que incluye 18 estudios, algunos ya realizados - y que es preceptivo para que el desarrollo urbanístico se apruebe; (se aprobará). ADIF concedió un pelotazo inmobiliario al marido de su presidenta, que relata J. Vidal en Merca2.es.


Merecía la pena entrar en los negocios de Álvarez Rivera, que es el marido de la Presidenta de ADIF Pardo de Vera. Y entramos. Descubrimos una subasta, por lotes, para construir viviendas en el barrio de Cornes de Santiago de Compostela. En terrenos de ADIF convertidos en “Caramelo por el que estaban expectantes todas las promotoras en la capital gallega... quisimos ir, pero nos indicaron que mejor no presentarnos a la subasta... Tenemos más obras con ADIF”, atribuía Vidal al adjudicatario. Raro en ADIF, que, además de acrónimo de Administrador de Estructuras Ferroviarias, es un nombre de origen hebreo que significa “el preferido”. Un preferido compostelano. Otro asunto más. Para tener en cuenta, por si aparece colgando o como piña de magnolio en la Operación Chamartín.


Tras el pelotazo inmobiliario gallego, apareció resplandeciente, como piñata de unicornio con juguetes, la gresca que hay entre sectores de la izquierda municipal de Madrid a cuenta de la Operación Chamartín. Lo publicaba El Confidencial con un título que invitaba a coger la pluma (como palo) y meterse en la lectura (dando golpes) para ver qué juguetes había en una olla (artículo) que firmaba José Manuel Calvo, el concejal de Desarrollo Urbano sostenible del Ayuntamiento de Madrid.


“Mangada y la Operación Chamartín”, titulaba Calvo, metiéndose en un berenjenal que conocimos hace tiempo, que hemos aireado cuando ha sido necesario y que ahora aparece como odre putrefacto de un totum revolutum en el que no se usa todo lo que importa - porque acaso no convenga - y sólo trata de reconducir al arquitecto Mangada, para acomodarlo en posición contraria a la que él mismo definió hace unos días en el diario El País. Y es que Mangada, como vimos, es contrario a algunas propuestas municipales sobre la Operación Chamartín.


No es fácil saber qué razones tiene Calvo para enfrentarse a Mangada (Concejal de Urbanismo con Tierno; y consejero de Ordenación del Territorio, Medio Ambiente y Vivienda; y de Política Territorial, Obras Públicas, Transporte y Urbanismo de la Comunidad de Madrid con Leguina). Calvo es un arquitecto joven, sin experiencia constructiva y cuya formación urbanística se reduce a un doctorado, mientras que Mangada es una autoridad del Urbanismo “¿Mangada o Calvo?”, preguntamos a un urbanista. “Cuando Mangada ya era Mangada, Calvo aún era un bebé”, respondió.


Por eso, en la piñata de unicornio que es el escrito de Calvo, hay dos cuestiones que ver: Su saña, con la falta de afecto y respeto que lleva implícita. Y por qué afrenta públicamente, incluso ridiculiza, a una figura nacional en el Urbanismo de la Izquierda.


La virulencia del escrito queda patente en tres textos que transcribimos:


“...sorprende, en primer lugar, que quien fuera el inventor de los convenios urbanísticos ahora confunda este instrumento, prohibido hace años por los tribunales por el mal uso que se hizo de ellos, con un contrato mercantil entre dos empresas, una privada y otra pública. Y sorprende aún más que la solución del, en otros tiempos, pragmático Mangada pase por no renovar un contrato en vigor desde hace 24 años abocando con ello a una judicialización de esta actuación urbanística que no sabemos ni en cuánto tiempo ni de qué forma se llegaría a resolver”.


“Mangada concluye afirmando, entre exclamaciones, que el suelo público está para responder a las necesidades y esperanzas de la ciudadanía y no como mercancía. Faltaría más. De hecho olvida que no sólo el suelo público sino también el privado debe responder a esas necesidades y a esas esperanzas, de ahí las cargas y obligaciones que establece la regulación urbanística sobre los suelos que no son de titularidad pública”.


“Todo esto lo sabe muy bien Eduardo. O debería saberlo antes de afirmar tan alegremente que el proyecto es lesivo sin más razón que hay detrás un grupo inversor. Curioso argumento viniendo de alguien que durante años tuvo que discutir, negociar y acordar con los muchos y muy diversos actores (públicos y privados) que intervienen en la construcción de la ciudad. Y por eso precisamente le recordamos, porque fue capaz de hacer un urbanismo progresista asumiendo los límites, contradicciones y concesiones que exige cualquier acción de gobierno. Ojalá en el próximo artículo volvamos a reconocer a Mangada de aquellos tiempos”


Siguiendo la gresca entre sectores de la izquierda madrileña, unos en Ahora-Madrid junto a la alcaldesa Carmena (como Calvo), otros críticos con ella (IU y anticapitalistas) y otros al margen, queda ocuparse de los motivos que puede tener Calvo para afrentar a Mangada. Sugiramos algunos en forma de pregunta: ¿Pretende enseñarle Urbanismo? ¿Intenta mostrar, al electorado o a alguien distinto, que Mangada yerra con sus críticas? ¿Afianza posiciones o estrategias para distraer o conseguir algo? ¿Con lo dicho, de cosecha propia o con razones de otros, pretende servir a alguien?.


Sin aventurar respuestas, hay algo más en la piñata: Calvo y su futuro. Y el marido de la alcaldesa de Madrid, el arquitecto Leira, coetáneo de Mangada y tocayo.


¡Hum! Junto al magnolio, gresca de tocayos. 

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