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El recurso de los inédito quizá nos resulte más provechoso

Inéditos

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El muestrario de las LAMENTACIONES ocupa conversaciones y el circo mediático. Encontramos poco consuelo en las manifestaciones habituales. Abundan las manifestaciones irreflexivas. Las conductas fluyen adocenadas desde oleadas compulsivas de orígen poco definido.Como consecuencia, los proyectos adolecen de idénticas carencias. Vislumbramos horizontes poco prometedores al hilo de la experiencia cotidiana, lo editado hasta ahora muestra muchos borrones con protagonismos equívocos. Estos derroteros no presagian nada satisfactorio. Habremos de atender esperanzados a las fuentes no editadas hasta el momento.


Si pensábamos en las interpelaciones francas para deshacer los entuertos, el desengaño será precoz y rotundo en una serie de experiencias esquivas. Hoy, los primeros chascos derivan de las contestaciones REPLICANTES en resorte; cargadas de una crispación inductora del encono intempestivo, que tanto embrutece las relaciones. ¿Qué sucede? / ¿Porqué le interesa saberlo? ; ¿Con esa ley pretenden corregir las complicaciones? / ¿Porqué admitieron ustedes las normas de la anterior legislatura? ; ¿A qué se debe esta espera tan prolongada? / No se creerá usted el único asistente. Eluden de manera sistemática la contestación oportuna sobrepasando la pasividad indolente con la mala disposición de su actitud picajosa.


La acritud dificulta el entendimiento. Ya sobraban las dificultades por los puntos de vista contradictorios, aunque naturales e insoslayables. Hasta la adquisición de unos CRITERIOS aceptables, el progreso escalonado es laborioso; sin ese esfuerzo no hay caso. Las apetencias primarias acometen desde algo tan particular como los gustos dispares. Las opiniones configuran las ideas a partir de las versiones propias; a ellas adaptan las novedades, con escasa propensión a las ratificaciones. Los criterios perfilan los condicionantes activos en el asunto; en una progresión ilimitada, debido a la infinitud de los matices; reúnen las limitaciones y las anheladas esperanzas.


Las probabilidades del conocimiento incursionan en territorios insospechados, los datos fehacientes sucumben con prontitud en la vorágine circunstancial. No sólo es cuestión de intensidades, sino también de pequeñeces cruciales, de variables y sectores analizados. La erudición no equivale a la comprensión ni suprime las tercas ignorancias. El dinamismo incesante modifica la estabilidad de las bases e intensifica las discordancias. Una buena opción valorativa del grado de conocimiento alegado por los protagonistas, consiste en una comprobación, la ausencia de EMPECINAMIENTO por esa gente; nunca está justificada. Lo cual no es óbice para su práctica orgullosa .


En el tratamiento dado por la sociedad a los delincuentes crueles detectamos a diario actitudes de lo más variopinyas, con frecuencia de carácter deleznable, dependiendo de las circunstancias ocultas o manifestadas con descaro, de ignorancias o francas maldades. Aplausos y homenajes a los asesinos etarras; atenuantes inverosímiles, penas suaves, para los violadores y asesinos; detalles exquisitos para los corruptos de alcurnia; agrandan el muestrario donde es un clamor la falta de equidad entre delitos y correcciones, a veces ni siquiera el enfoque es corrector. Y es que las VALORACIONES penden de muchos y finísimos hilos manejados desde poltronas, autoridades permisivas y complejos institucionales.


Las deficiencias nos instigan en una sucesión inclemente. En su mayoría arrastran la incómoda losa de la autoría, debido a que buena parte de ellas están provocadas por las desatenciones improcedentes de los propios humanos, vestidos a base de ropajes mentales desarreglados. A diferencia de las catástrofes naturales, obedecen a intereses mezquinos derivados en actuaciones improcedentes de mal fario. Si nos plegamos a las actitudes DIVERGENTES, como es muy habitual, los entuertos originarán nuevas maldades… y peores. Todo comienza con el trato despectivo, desconfianza, indolencia, agresividad, para terminar en la ley de la fuerza a costa de quien sea. La clave radica en la consideración de la persona y no de las ideologías.


Mucho se ha escrito y no digamos discurseado, respecto a las maneras utilizadas por los poderosos para tener controladas las actividades de los demás; sobre todo a base de prohibiciones y recomendaciones de obligado cumplimiento. ¿Cosas de antes? ¡Quiá! La censura y los FORZAMIENTOS estám em plena pujanza, si bien con formatos renovados. La lengua como arma de discriminación efectiva. Por dictamen superior. La promoción de la Historia como versión única, al gusto de la autoridad de turno, con proyectos legislativos doctrinarios. Regulación intolerante de las formas de diversión, lecturas y programaciones mediáticas de modelado tendencioso. El magoneo atosigante supera con creces las censuras antiguas.


Con su gracejo habitual, A. Monterroso redactó un breve escrito dedicado en exclusiva a las MOSCAS, como metáfora de la CULTURA, que todo lo invade sin pedir permiso. Los componentes hereditarios ejercitan gran parte de sus potencias en su jerga a base de genes, mutackones e influencias ambientales. Nadie se libra de su asedio tenaz, idas y venidas runruneantes, con algún picotazo molesto. Quedan en entredicho las supuestas actuaciones independientes, los contactos se suceden a base de alternativas oscilantes, en una experiencia de conjunto sin intervalos libres. Mostramos la insatisfacción de incomodidades y desventuras. A la vista de estas frustraciones, volvemos la mirada hacia los pálpitos personales que nos mantengan a flote.


En realidad, por aquí abajo no se vislumbran soluciones definitivas; al menos, no las podemos comprender por nuestros medios, De tal modo, los sucesivos sabios del mundo, en eso de las emociones, anhelos, pensamientos y sensaciones interiores, subconscientes o no; han resuelto muy pocas inquietudes. Al fin, estamos bastante solos a la hora de la verdad. Habremos de ser coherentes con ese aprendizaje para ver de encontrar apaños gratificantes.


Nos vemos obligados a investigar los posibles recursos disponibles en nuestro interior, esos que permanecen INÉDITOS, para fortalecernos frente a los ámbitos desfavorables. Son fondos inagotables a disposición de la voluntad propia; pero hemos de activarlos a conciencia para editar sus resultados. Cito a continuación los tres fundamentales:1. Levantar la mirada artística, libre, hacia los entresijos de las sensaciones sublimes, sin tapujos, desde la sencillez de las apreciaciones personales. 2. Con el enfoque que debiera ser natural, para introducir la calidad en nuestras aportaciones, sin rehuir el esfuerzo necesario de una sinceridad coherente, la del buen compromiso. 3. Plantando cara a la duda, porque el discernimiento goza de una raigambre muy básica, no requiere de elucubraciones complicadas, la capacidad distintiva es constitutiva radical de la persona.


Desde ese potencial interno, el viaje de las APLICACIONES del momento no resulta tan complejo. Sin embargo, estas opciones y estos viajes dependen de la actitud personal, desde la libertad de pensamiento, como impulsores de las voluntades. La traducción de estos inéditos,ha de ser por lo tanto individual e indelegable; es un paso imprescindible para la vida comunitaria.

Inéditos

El recurso de los inédito quizá nos resulte más provechoso
Rafael Pérez Ortolá
viernes, 27 de julio de 2018, 06:37 h (CET)

El muestrario de las LAMENTACIONES ocupa conversaciones y el circo mediático. Encontramos poco consuelo en las manifestaciones habituales. Abundan las manifestaciones irreflexivas. Las conductas fluyen adocenadas desde oleadas compulsivas de orígen poco definido.Como consecuencia, los proyectos adolecen de idénticas carencias. Vislumbramos horizontes poco prometedores al hilo de la experiencia cotidiana, lo editado hasta ahora muestra muchos borrones con protagonismos equívocos. Estos derroteros no presagian nada satisfactorio. Habremos de atender esperanzados a las fuentes no editadas hasta el momento.


Si pensábamos en las interpelaciones francas para deshacer los entuertos, el desengaño será precoz y rotundo en una serie de experiencias esquivas. Hoy, los primeros chascos derivan de las contestaciones REPLICANTES en resorte; cargadas de una crispación inductora del encono intempestivo, que tanto embrutece las relaciones. ¿Qué sucede? / ¿Porqué le interesa saberlo? ; ¿Con esa ley pretenden corregir las complicaciones? / ¿Porqué admitieron ustedes las normas de la anterior legislatura? ; ¿A qué se debe esta espera tan prolongada? / No se creerá usted el único asistente. Eluden de manera sistemática la contestación oportuna sobrepasando la pasividad indolente con la mala disposición de su actitud picajosa.


La acritud dificulta el entendimiento. Ya sobraban las dificultades por los puntos de vista contradictorios, aunque naturales e insoslayables. Hasta la adquisición de unos CRITERIOS aceptables, el progreso escalonado es laborioso; sin ese esfuerzo no hay caso. Las apetencias primarias acometen desde algo tan particular como los gustos dispares. Las opiniones configuran las ideas a partir de las versiones propias; a ellas adaptan las novedades, con escasa propensión a las ratificaciones. Los criterios perfilan los condicionantes activos en el asunto; en una progresión ilimitada, debido a la infinitud de los matices; reúnen las limitaciones y las anheladas esperanzas.


Las probabilidades del conocimiento incursionan en territorios insospechados, los datos fehacientes sucumben con prontitud en la vorágine circunstancial. No sólo es cuestión de intensidades, sino también de pequeñeces cruciales, de variables y sectores analizados. La erudición no equivale a la comprensión ni suprime las tercas ignorancias. El dinamismo incesante modifica la estabilidad de las bases e intensifica las discordancias. Una buena opción valorativa del grado de conocimiento alegado por los protagonistas, consiste en una comprobación, la ausencia de EMPECINAMIENTO por esa gente; nunca está justificada. Lo cual no es óbice para su práctica orgullosa .


En el tratamiento dado por la sociedad a los delincuentes crueles detectamos a diario actitudes de lo más variopinyas, con frecuencia de carácter deleznable, dependiendo de las circunstancias ocultas o manifestadas con descaro, de ignorancias o francas maldades. Aplausos y homenajes a los asesinos etarras; atenuantes inverosímiles, penas suaves, para los violadores y asesinos; detalles exquisitos para los corruptos de alcurnia; agrandan el muestrario donde es un clamor la falta de equidad entre delitos y correcciones, a veces ni siquiera el enfoque es corrector. Y es que las VALORACIONES penden de muchos y finísimos hilos manejados desde poltronas, autoridades permisivas y complejos institucionales.


Las deficiencias nos instigan en una sucesión inclemente. En su mayoría arrastran la incómoda losa de la autoría, debido a que buena parte de ellas están provocadas por las desatenciones improcedentes de los propios humanos, vestidos a base de ropajes mentales desarreglados. A diferencia de las catástrofes naturales, obedecen a intereses mezquinos derivados en actuaciones improcedentes de mal fario. Si nos plegamos a las actitudes DIVERGENTES, como es muy habitual, los entuertos originarán nuevas maldades… y peores. Todo comienza con el trato despectivo, desconfianza, indolencia, agresividad, para terminar en la ley de la fuerza a costa de quien sea. La clave radica en la consideración de la persona y no de las ideologías.


Mucho se ha escrito y no digamos discurseado, respecto a las maneras utilizadas por los poderosos para tener controladas las actividades de los demás; sobre todo a base de prohibiciones y recomendaciones de obligado cumplimiento. ¿Cosas de antes? ¡Quiá! La censura y los FORZAMIENTOS estám em plena pujanza, si bien con formatos renovados. La lengua como arma de discriminación efectiva. Por dictamen superior. La promoción de la Historia como versión única, al gusto de la autoridad de turno, con proyectos legislativos doctrinarios. Regulación intolerante de las formas de diversión, lecturas y programaciones mediáticas de modelado tendencioso. El magoneo atosigante supera con creces las censuras antiguas.


Con su gracejo habitual, A. Monterroso redactó un breve escrito dedicado en exclusiva a las MOSCAS, como metáfora de la CULTURA, que todo lo invade sin pedir permiso. Los componentes hereditarios ejercitan gran parte de sus potencias en su jerga a base de genes, mutackones e influencias ambientales. Nadie se libra de su asedio tenaz, idas y venidas runruneantes, con algún picotazo molesto. Quedan en entredicho las supuestas actuaciones independientes, los contactos se suceden a base de alternativas oscilantes, en una experiencia de conjunto sin intervalos libres. Mostramos la insatisfacción de incomodidades y desventuras. A la vista de estas frustraciones, volvemos la mirada hacia los pálpitos personales que nos mantengan a flote.


En realidad, por aquí abajo no se vislumbran soluciones definitivas; al menos, no las podemos comprender por nuestros medios, De tal modo, los sucesivos sabios del mundo, en eso de las emociones, anhelos, pensamientos y sensaciones interiores, subconscientes o no; han resuelto muy pocas inquietudes. Al fin, estamos bastante solos a la hora de la verdad. Habremos de ser coherentes con ese aprendizaje para ver de encontrar apaños gratificantes.


Nos vemos obligados a investigar los posibles recursos disponibles en nuestro interior, esos que permanecen INÉDITOS, para fortalecernos frente a los ámbitos desfavorables. Son fondos inagotables a disposición de la voluntad propia; pero hemos de activarlos a conciencia para editar sus resultados. Cito a continuación los tres fundamentales:1. Levantar la mirada artística, libre, hacia los entresijos de las sensaciones sublimes, sin tapujos, desde la sencillez de las apreciaciones personales. 2. Con el enfoque que debiera ser natural, para introducir la calidad en nuestras aportaciones, sin rehuir el esfuerzo necesario de una sinceridad coherente, la del buen compromiso. 3. Plantando cara a la duda, porque el discernimiento goza de una raigambre muy básica, no requiere de elucubraciones complicadas, la capacidad distintiva es constitutiva radical de la persona.


Desde ese potencial interno, el viaje de las APLICACIONES del momento no resulta tan complejo. Sin embargo, estas opciones y estos viajes dependen de la actitud personal, desde la libertad de pensamiento, como impulsores de las voluntades. La traducción de estos inéditos,ha de ser por lo tanto individual e indelegable; es un paso imprescindible para la vida comunitaria.

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