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“En el mercado libre es natural la victoria del fuerte y legitima la aniquilación del débil. Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina económica” Eduardo Galeano

El 155 factor determinante en la recuperación de Cataluña.

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Discrepamos del enfoque del abogado Carles Mundó, político adscrito a ERC, respecto a las consecuencias del 155 en el cambio de orientación de las perspectivas que, una gran parte de los expertos económicos y directivos de empresas habían formulado, en su día, respecto a las consecuencias económicas para la autonomía catalana del desafío soberanista al Estado español y las subsiguientes peticiones de independencia propuestas desde el Parlamento Catalán; saltándose lo dispuesto en la Constitución española y enfrentándose a las advertencias del TC sobre la falta de legitimidad de los poderes políticos catalanes para la convocatoria de un referendo en Cataluña (1.O)basado en el supuesto de hacer valer un presunto “derecho a decidir”, expresamente negado por el mentado TC.


Es obvio que, en el artículo que este señor ha publicado en La Vanguardia, un medio nada sospechoso de ser favorable a España y su gobierno, que se ha caracterizado por no reflejar con exactitud las verdaderas consecuencias que hubiera tenido para Cataluña y los catalanes el separarse de la nación española (con la que se calcula que mantiene un 60% de su comercio) con la particularidad, negada por el señor Junqueras, presidente de ERC, a la que pertenece el autor de dicho artículo, de que, según las leyes de la CE cualquier país que se separara de uno de las naciones miembros, quedaría automáticamente excluido de los beneficios de pertenecer a dicho organismo, de modo que sería considerado como cualquier otro país no perteneciente a la UE, con las consecuencias mercantiles, económicas, fiscales y aduaneras que tendría cualquier tercer país no perteneciente a la comunidad europea.


Evidentemente, los de ERC nunca han reconocido esta circunstancia, de modo que han estado engañando a todos los catalanes cuando, un despendolado Junqueras, negaba a los cuatro vientos que, una Cataluña independiente, dejaría de formar parte de la UE. No es de extrañar puesto que, el señor Mundó, con todos los atributos que se pueda conceder a sí mismo, no sea muy preciso cuando parece que se burla de las advertencias que, desde el mismo Gobierno de la nación, del resto de partidos políticos que se pudieran considerar constitucionalistas y, por añadidura, por parte de todos los gobierno de la UE que coincidieron en afirmar que los catalanes fuera de la tutela del gobierno español, no tendrían la menor posibilidad de ser reconocidos como un país miembro de la coalición. Lo único que sucede es que, sin negar algunos de los datos de los que se vale para sacar pecho y considerar que, por sí mismos, pueden acabar con lo que él considera “derrotismo” de aquellos que proclamaron que, una Cataluña independiente (fíjese que hacemos hincapié en la palabra “independiente”), no podría subsistir por sí misma, lo que la iba a conducir a su ruina total; teniendo en cuenta que se vería obligada a enfrentarse a una deuda de cerca de 70.000 millones de euros, de la cual unos 40.000 corresponderían a su endeudamiento con el Estado español y, el resto, a los famosos bonos “patrióticos” que, a unos intereses exagerados, emitió la Generalitat y que han sido calificados, por las tres principales agencias de rating, como “ deuda basura”, es decir, aquella que nadie hubiera comprado si no fuera porque fue avalada por el Estado español.


Despreciar el efecto de la aplicación del 155 de la Constitución española, con todas las reservas que se pudieran argumentar respecto a la blandura con la que se implantó, el gran error de que no se hubiera actuado con la energía y contundencia necesarias para evitar que se pudiera poner en marcha el llamado referéndum del 1.O, a pesar de que lo hicieron sin ninguna garantía de las que son precisas para que tuviera validez la consulta; no hay duda de que ha sido instrumentalizado por el partido al que pertenece el señor C.Mundó, sin que les preocupase si reunía las condiciones de fiabilidad que son precisas en esta clase de consultas, para exhibirlo ante el resto de naciones como la prueba de que una parte importante de los que votaron, el 60% de un 30%, del total de votantes catalanes. Y es que, para este articulista, la aplicación del 155 para poder establecer la intervención del Estado en la comunidad catalana, suspendiendo la actividad del Parlamento catalán y del presidente de la Generalitat siendo sustituidos por un equipo gubernamental presidido por la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría; fue un mero accidente que no alteró en nada los objetivos independentistas catalanes. Pero está equivocado, no solamente por lo que representó en cuanto a las consecuencias judiciales para quienes cometieron infracciones penales (no políticas como pretenden hacernos creer), sino y especialmente por apartar de las instituciones catalanas a quienes eran los verdaderos responsables del “golpe de Estado” cometido por el independentismo en contra del Estado español.


Contrariamente al exaltado optimismo y a las conclusiones positivas que el articulista parece atribuir a las acción de los separatistas durante esta última etapa, posterior al levantamiento del 155, como consecuencia de una más de las trampas a las que vienen recurriendo los independentistas, de ir sustituyendo a aquellos que participaron activamente en los hechos y han sido “investigados”, estando a punto de ser juzgados por los presuntos delitos que cometieron en contra del Estado español y la unidad de nuestra nación; si Cataluña ha entrado en una fase en la que parece que los inversionistas vuelven a confiar en invertir en esta autonomía, que algunas empresas hayan decidido instalarse por primera vez en esta región o que, una aparente normalización económica se haya establecido, fruto de que los comerciantes, los industriales y los financieros y todo el tejido empresarial radicado en Cataluña, han decidido olvidarse de la política, ante la evidencia de que la cuestión política sigue sin solucionarse y, lo que es peor, que no se ven perspectivas, a corto plazo, de que sea posible que se lleguen a acuerdos entre los mismos separatistas, enfrentados entre sí.


Si el 155 no hubiera dejado claro de que, el Gobierno español, estaba dispuesto a no ceder ante las peticiones extravagantes de los soberanistas, esta recuperación a la que alude el señor Mundó no se hubiera producido y, con toda seguridad, ninguna de estas noticias de inversiones e implantación de nuevas industrias procedentes del extranjero hubieran tenido lugar. Si lo han hecho es porque han recobrado la confianza de que, pese a los intentos soberanistas de una parte de los catalanes, la posibilidad de que esta parte de España acabara desmembrada del resto del país, ha dejado de ser algo a tener en cuenta. Si estuviéramos en el lugar del señor Mundó, algo que evidentemente nunca ocurrirá, antes de echar las campanas al vuelo, presumir de victorias que todavía no se han producido o alardear de las posibilidades de que Cataluña fuese capaz de arreglárselas sola, en manos de los actuales políticos con los que cuenta y con la evidente cerrilidad de una parte de ellos, incapaces de razonar con claridad obcecados por un fanatismo capaz de obnubilar su cerebro hasta el punto de ser incapaces de reflexionar con cordura respecto a lo que sería su futuro como nación aislada en un mundo en el que los débiles siempre acaban perdiendo; intentaría pensar en lo que realmente sucedería si se les dejase libertad absoluta a los soberanistas para que dispusieran del futuro de los catalanes. Mejor olvidarnos de ello.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos sorprende que, pese a que el nuevo gobierno no parece haber comprendido que, pesar de sus esfuerzos de buscar una salida al problema catalán, esto de confiar en que, a través de comisiones o de conversaciones secretas, ofertas millonarias o cesiones parciales ( ahora parece que lo que intentan es dar a los catalanes más competencia a través de una modificación de su Estatut); mientras mantengamos vigente nuestra Constitución y se respeten la competencias de cada uno de los tres poderes del Estado, sin injerencias indeseables; es obvio que, por mucho que el señor Sánchez se empeñe en negociar concesiones que no estén dentro de su competencia ofrecer, va a tener que limitarse a cumplir las leyes nacionales so pena de que, su propia política, se vuelva contra él y su propio partido. Nunca deberíamos olvidar que, en España, hay una mayoría, silenciosa y poco dada a manifestarse, si se quiere, pero suficientemente preparada para que, si llegara el momento en que,<d alguno de estos políticos que tenemos, tan mal valorados por los ciudadanos, intentara atentar contra la democracia que nos dimos o dar un paso hacia convertir España en una nación en manos de opresores, como sucede en algunos país de América central o del Sur, estamos seguros de que seremos capaces de reaccionar, lo mismo que confiamos en que también lo harían aquellas instituciones encargadas de velar porque se cumpla la Constitución en España y se mantenga su unidad.

El 155 factor determinante en la recuperación de Cataluña.

“En el mercado libre es natural la victoria del fuerte y legitima la aniquilación del débil. Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina económica” Eduardo Galeano
Miguel Massanet
viernes, 20 de julio de 2018, 04:02 h (CET)

Discrepamos del enfoque del abogado Carles Mundó, político adscrito a ERC, respecto a las consecuencias del 155 en el cambio de orientación de las perspectivas que, una gran parte de los expertos económicos y directivos de empresas habían formulado, en su día, respecto a las consecuencias económicas para la autonomía catalana del desafío soberanista al Estado español y las subsiguientes peticiones de independencia propuestas desde el Parlamento Catalán; saltándose lo dispuesto en la Constitución española y enfrentándose a las advertencias del TC sobre la falta de legitimidad de los poderes políticos catalanes para la convocatoria de un referendo en Cataluña (1.O)basado en el supuesto de hacer valer un presunto “derecho a decidir”, expresamente negado por el mentado TC.


Es obvio que, en el artículo que este señor ha publicado en La Vanguardia, un medio nada sospechoso de ser favorable a España y su gobierno, que se ha caracterizado por no reflejar con exactitud las verdaderas consecuencias que hubiera tenido para Cataluña y los catalanes el separarse de la nación española (con la que se calcula que mantiene un 60% de su comercio) con la particularidad, negada por el señor Junqueras, presidente de ERC, a la que pertenece el autor de dicho artículo, de que, según las leyes de la CE cualquier país que se separara de uno de las naciones miembros, quedaría automáticamente excluido de los beneficios de pertenecer a dicho organismo, de modo que sería considerado como cualquier otro país no perteneciente a la UE, con las consecuencias mercantiles, económicas, fiscales y aduaneras que tendría cualquier tercer país no perteneciente a la comunidad europea.


Evidentemente, los de ERC nunca han reconocido esta circunstancia, de modo que han estado engañando a todos los catalanes cuando, un despendolado Junqueras, negaba a los cuatro vientos que, una Cataluña independiente, dejaría de formar parte de la UE. No es de extrañar puesto que, el señor Mundó, con todos los atributos que se pueda conceder a sí mismo, no sea muy preciso cuando parece que se burla de las advertencias que, desde el mismo Gobierno de la nación, del resto de partidos políticos que se pudieran considerar constitucionalistas y, por añadidura, por parte de todos los gobierno de la UE que coincidieron en afirmar que los catalanes fuera de la tutela del gobierno español, no tendrían la menor posibilidad de ser reconocidos como un país miembro de la coalición. Lo único que sucede es que, sin negar algunos de los datos de los que se vale para sacar pecho y considerar que, por sí mismos, pueden acabar con lo que él considera “derrotismo” de aquellos que proclamaron que, una Cataluña independiente (fíjese que hacemos hincapié en la palabra “independiente”), no podría subsistir por sí misma, lo que la iba a conducir a su ruina total; teniendo en cuenta que se vería obligada a enfrentarse a una deuda de cerca de 70.000 millones de euros, de la cual unos 40.000 corresponderían a su endeudamiento con el Estado español y, el resto, a los famosos bonos “patrióticos” que, a unos intereses exagerados, emitió la Generalitat y que han sido calificados, por las tres principales agencias de rating, como “ deuda basura”, es decir, aquella que nadie hubiera comprado si no fuera porque fue avalada por el Estado español.


Despreciar el efecto de la aplicación del 155 de la Constitución española, con todas las reservas que se pudieran argumentar respecto a la blandura con la que se implantó, el gran error de que no se hubiera actuado con la energía y contundencia necesarias para evitar que se pudiera poner en marcha el llamado referéndum del 1.O, a pesar de que lo hicieron sin ninguna garantía de las que son precisas para que tuviera validez la consulta; no hay duda de que ha sido instrumentalizado por el partido al que pertenece el señor C.Mundó, sin que les preocupase si reunía las condiciones de fiabilidad que son precisas en esta clase de consultas, para exhibirlo ante el resto de naciones como la prueba de que una parte importante de los que votaron, el 60% de un 30%, del total de votantes catalanes. Y es que, para este articulista, la aplicación del 155 para poder establecer la intervención del Estado en la comunidad catalana, suspendiendo la actividad del Parlamento catalán y del presidente de la Generalitat siendo sustituidos por un equipo gubernamental presidido por la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría; fue un mero accidente que no alteró en nada los objetivos independentistas catalanes. Pero está equivocado, no solamente por lo que representó en cuanto a las consecuencias judiciales para quienes cometieron infracciones penales (no políticas como pretenden hacernos creer), sino y especialmente por apartar de las instituciones catalanas a quienes eran los verdaderos responsables del “golpe de Estado” cometido por el independentismo en contra del Estado español.


Contrariamente al exaltado optimismo y a las conclusiones positivas que el articulista parece atribuir a las acción de los separatistas durante esta última etapa, posterior al levantamiento del 155, como consecuencia de una más de las trampas a las que vienen recurriendo los independentistas, de ir sustituyendo a aquellos que participaron activamente en los hechos y han sido “investigados”, estando a punto de ser juzgados por los presuntos delitos que cometieron en contra del Estado español y la unidad de nuestra nación; si Cataluña ha entrado en una fase en la que parece que los inversionistas vuelven a confiar en invertir en esta autonomía, que algunas empresas hayan decidido instalarse por primera vez en esta región o que, una aparente normalización económica se haya establecido, fruto de que los comerciantes, los industriales y los financieros y todo el tejido empresarial radicado en Cataluña, han decidido olvidarse de la política, ante la evidencia de que la cuestión política sigue sin solucionarse y, lo que es peor, que no se ven perspectivas, a corto plazo, de que sea posible que se lleguen a acuerdos entre los mismos separatistas, enfrentados entre sí.


Si el 155 no hubiera dejado claro de que, el Gobierno español, estaba dispuesto a no ceder ante las peticiones extravagantes de los soberanistas, esta recuperación a la que alude el señor Mundó no se hubiera producido y, con toda seguridad, ninguna de estas noticias de inversiones e implantación de nuevas industrias procedentes del extranjero hubieran tenido lugar. Si lo han hecho es porque han recobrado la confianza de que, pese a los intentos soberanistas de una parte de los catalanes, la posibilidad de que esta parte de España acabara desmembrada del resto del país, ha dejado de ser algo a tener en cuenta. Si estuviéramos en el lugar del señor Mundó, algo que evidentemente nunca ocurrirá, antes de echar las campanas al vuelo, presumir de victorias que todavía no se han producido o alardear de las posibilidades de que Cataluña fuese capaz de arreglárselas sola, en manos de los actuales políticos con los que cuenta y con la evidente cerrilidad de una parte de ellos, incapaces de razonar con claridad obcecados por un fanatismo capaz de obnubilar su cerebro hasta el punto de ser incapaces de reflexionar con cordura respecto a lo que sería su futuro como nación aislada en un mundo en el que los débiles siempre acaban perdiendo; intentaría pensar en lo que realmente sucedería si se les dejase libertad absoluta a los soberanistas para que dispusieran del futuro de los catalanes. Mejor olvidarnos de ello.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos sorprende que, pese a que el nuevo gobierno no parece haber comprendido que, pesar de sus esfuerzos de buscar una salida al problema catalán, esto de confiar en que, a través de comisiones o de conversaciones secretas, ofertas millonarias o cesiones parciales ( ahora parece que lo que intentan es dar a los catalanes más competencia a través de una modificación de su Estatut); mientras mantengamos vigente nuestra Constitución y se respeten la competencias de cada uno de los tres poderes del Estado, sin injerencias indeseables; es obvio que, por mucho que el señor Sánchez se empeñe en negociar concesiones que no estén dentro de su competencia ofrecer, va a tener que limitarse a cumplir las leyes nacionales so pena de que, su propia política, se vuelva contra él y su propio partido. Nunca deberíamos olvidar que, en España, hay una mayoría, silenciosa y poco dada a manifestarse, si se quiere, pero suficientemente preparada para que, si llegara el momento en que,<d alguno de estos políticos que tenemos, tan mal valorados por los ciudadanos, intentara atentar contra la democracia que nos dimos o dar un paso hacia convertir España en una nación en manos de opresores, como sucede en algunos país de América central o del Sur, estamos seguros de que seremos capaces de reaccionar, lo mismo que confiamos en que también lo harían aquellas instituciones encargadas de velar porque se cumpla la Constitución en España y se mantenga su unidad.

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Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.

Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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