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D. Martínez, Burgos

Seriamente amenazada

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A los tres años de la publicación de la encíclica Laudato si, Francisco convocaba, la pasada semana, en el Vaticano a personalidades políticas, científicas y religiosas de unos 150 países para unir fuerzas contra el cambio climático y contra un modelo económico que deja en la cuneta a millones de seres humanos. El “ve y repara mi Iglesia” que oyó san Francisco de Asís, se aplica hoy, dice el Papa, a nuestra “casa común”, el planeta tierra, que necesita con urgencia ser reparada para seguir albergando vida.



El Obispo de Roma habló de la responsabilidad de los gobiernos, especialmente los “más poderosos” y “contaminantes”, aunque sin dejar de advertir que la causa última del problema reside en la cultura consumista y la falta de conciencia en las personas de los países ricos por las consecuencias que sus estilos de vida provocan en los demás. De ahí su apelación a una conversión ecológica y a la responsabilidad de los cristianos en promover nuevas actitudes, sin las cuales no habrá cambios profundos y duraderos.

Seriamente amenazada

D. Martínez, Burgos
Lectores
jueves, 19 de julio de 2018, 02:44 h (CET)

A los tres años de la publicación de la encíclica Laudato si, Francisco convocaba, la pasada semana, en el Vaticano a personalidades políticas, científicas y religiosas de unos 150 países para unir fuerzas contra el cambio climático y contra un modelo económico que deja en la cuneta a millones de seres humanos. El “ve y repara mi Iglesia” que oyó san Francisco de Asís, se aplica hoy, dice el Papa, a nuestra “casa común”, el planeta tierra, que necesita con urgencia ser reparada para seguir albergando vida.



El Obispo de Roma habló de la responsabilidad de los gobiernos, especialmente los “más poderosos” y “contaminantes”, aunque sin dejar de advertir que la causa última del problema reside en la cultura consumista y la falta de conciencia en las personas de los países ricos por las consecuencias que sus estilos de vida provocan en los demás. De ahí su apelación a una conversión ecológica y a la responsabilidad de los cristianos en promover nuevas actitudes, sin las cuales no habrá cambios profundos y duraderos.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

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Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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