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Todos estuvimos pendientes de la operación de rescate que se estuvo llevando a cabo en Thailandia para rescatar a los 12 niños que quedaron encerrados en una cueva. Se ha llevando a cabo con un gran esfuerzo con decenas de buceadores, un gran despliegue de cooperación internacional.
Se llevó a cabo una lucha contra el tiempo y el agua. Todos hemos considerado este esfuerzo algo normal: no se pueden escatimar recurso alguno, se trata de salvar vidas. Y la vida, la vida de uno solo de los niños, vale más que cualquier cosa. Es bueno que esta evidencia, en este caso, sea tan clara.
Hay otras circunstancias en las que, desgraciadamente, no tiene tanta fuerza. Pienso que están en la mente de todos por ello no quiero entrar en detalles.
Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.
Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.
Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.
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