2006 será un año con una gran cantidad de actos y conmemoraciones culturales. No más que el, ya superado, 2005 pero nos mantendrá bien activos para no echar de menos a este y disfrutar y gozar lo que podamos con el año presente.
Este mismo mes de enero, sin ir más lejos, se cumplen doscientos cincuenta años del nacimiento de Mozart en Salzburgo. Los amantes de la buena música, y la tradición en el primer día de año, ya hemos deleitado con el concierto que nos ofreció –vía televisión- Mariss Jansons, letón, la mañana del pasado domingo. Por otro lado, Juan Crisóstomo de Arriaga, músico español que murió a los 20 años, también ‘celebrará’, este mismo primer mes del año, el doscientos cumpleaños.
Picasso, malagueño, será protagonista en Madrid y Barcelona de la conmemoración de su nacimiento. 125 años ya. En Ámsterdam, Rembrandt restará importancia a Van Gogh en su propio museo y se ‘enfrentará’ a Caravaggio. ¿El motivo? El holandés, que pintó, entre otras, en 1632 La lección de anatomía del doctor Nicolaes Tulp, cumple 400 años. Conmemoraciones más cercanas en el tiempo serán las del centenario de la muerte de Cézanne y el 100 cumpleaños, para marzo, de Francisco Ayala, andaluz, -¡y este sí está con nosotros!- escritor, ensayista y académico de la Lengua y, sobre todo, hombre lúcido a su edad.
Se cumplirá, también, el septuagésimo aniversario del inicio de la Guerra Civil española. Para noviembre tendrá lugar, en Madrid, el Congreso Internacional sobre tan fatídica y desgraciada guerra entre españoles. Será año de más controversia, si cabe, sobre el tema de la guerra incivil –como gusta definirla a no pocos especialistas en privado-. Año de justificar el presente por el pasado remoto –muy típico de los grupos políticos nacionalistas- y de retocar los puntos de la historia que no gustan al demagogo líder del cortijo de turno (nos iremos hasta la Edad Media, ya lo verán). Se intensificarán las demandas sobre el Estado pidiendo que se desagravie a los hijos de los perdedores (todos) de nuestra guerra, como si los hijos de los vencedores (¿los hubo?) tuviesen que cargar con los actos de sus progenitores. Pero como en la vida cotidiana solo se levantarán las piedras de una parte de los combatientes, y no solo esto, sino que además se perdonará, como por arte de gracia, a los que pasada la contienda, y la opresión posterior –con la que colaboraron-, se alzaron con los medios de difusión y propaganda. ¡Mal me lo fiáis dos mil seis!
A todo esto, y mucho más que se me escapa, debemos añadir un año más la entrega de premios de nuestro cine, los Goya; los siempre glamorosos Príncipe de Asturias; conciertos y más conciertos, como el que preparan los Rolling Stones, en Barcelona y Madrid; los Oscar norteamericanos (programados para marzo para no coincidir con los Juegos Olímpicos de invierno turineses); el premio Cervantes y la entrega del galardón concedido este año a Sergio Pitol; fotografiaremos la novena edición de PhotoEspaña; la cadena musical televisiva MTV cumplirá los 25 años de emisión; se deberá elegir (?) nuevo director de la Real Academia de la Lengua…
Pero no nos avancemos mucho, dejemos que el reloj avance a su tiempo natural (un día, luego otro, pasado mañana, el siguiente…) y vayamos, sin prisa pero sin pausa, viviendo el 2006 con el objetivo de llegar al año próximo con un poco más de sabiduría en el meollo.