Se llama María José, de apellido Rienda. Nació el 12 de junio de hace 30 años en Granada. Mide 1,67 y pertenece al Ski Club Monachil Granada. Ayer concluyó séptima en el Gigante de la Copa del Mundo de esquí alpino disputado en Lienz (Austria)

Hace escasos 15 días, las primeras nieves del invierno traían a la esquiadora de Sierra Nevada el sueño de su vida: liderar la Copa del Mundo. Por debajo de ella, una campeona olímpica y una campeona del Mundo y todo ello en la estación de Aspen (EEUU) Era su octava subida al podio a lo largo de su trayectoria como esquiadora y la tercera victoria en la Copa del Mundo. Una victoria más y habrá igualado el récord de Blanca Fernández Ochoa.

En la actualidad le gusta la esquiadora Sonia Nes y entrena en Francia, Italia o Suiza entre otros países. Cambia de estación para acercarse a los lugares de competición. El momento más emocionante de su vida fue el de las Olimpiadas de Sanlt Lake City, porque estuvo a punto de conseguir medalla.

En febrero tiene una fecha muy importante en su calendario: los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran en Turín. Este año, además de la victoria de Aspen, fue sexta en Suelden (Austria) Un total de tres victorias en la Copa del Mundo amplían su currículum. El día dos de enero viaja hacia Eslovenia, lugar donde competirá su próximo Gigante en Maribor el día 7.

Tiene 30 años y medio y se encuentra sin duda en el mejor momento de su carrera profesional. María José está demostrando de lo que es capaz y no sorprendería que nos diera una grata sorpresa en Italia. A principios de año tuve el honor de conocerla y poder charlar con ella. Además de campeona es una gran persona, simpática a no poder más y risueña. Siempre tiene una sonrisa en la boca y palabras de amabilidad con los que la rodean.

Desde “La Mirilla” sólo me queda felicitarla y darle todos los ánimos del mundo para que este año sea su año, porque sin duda y aunque apenas se hable de ella como se hace de otros deportistas, se ha convertido en la española más blanca y en la que podrá hacernos vibrar en el esquí mundial como un día lo hicieron los hermanos Ochoa.