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El partido amistoso que debían disputar las selecciones de Israel y Argentina este sábado en el Estadio Teddy Kollek de Jerusalén ha sido suspendido por razones de seguridad por las presiones y la polémica creada en Palestina, según informan medios argentinos.
La decisión de que la albiceleste jugase en Jerusalén, justo el año en el que se conmemora el 70 aniversario de la creación del Estado de Israel, irritó al pueblo palestino. Israelíes y palestinos viven un duro conflicto político, social y armado desde hace décadas.
"Este partido es como si nosotros celebráramos el aniversario de la ocupación de las Malvinas; sería una aberración, una falta de respeto y una agresión al sentimiento del pueblo argentino", señaló hace unos días el embajador palestino en Argentina, Husni Abdel Wahed.
Los jugadores argentinos, que se encuentran en Barcelona preparando en la Ciudad Deportiva Joan Gamper su participación en el Mundial de Rusia, han recibido presiones estos días para que renunciasen a jugar el encuentro.
Además, la Asociación de Fútbol de Palestina, según apuntan medios de Argentina, solicitó la cancelación del partido a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.
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