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Todos mis lectores saben que gusto de polemizar, de plantear debates a diestro y siniestro. Hoy no es una excepción. No obstante, hoy vamos a debatir y a cuestionar la base de la vida cultural universal y la columna vertebral de la literatura inglesa: William Shakespeare.
¿Fue realmente William Shakespeare el autor de obras tan inolvidables y trascendentales como Romeo y Julieta, Otelo, Macbeth, El mercader de Venecia…? Cientos de expertos se atreven a desafiar los axiomas que coronan al de Standford como el más grande dramaturgo de toda la época moderna —con permiso de Lope de Vega, Calderón de la Barca y Molière, ejem— y uno de los más importantes de todos los tiempos. ¿Cuáles son los argumentos con los que osan destronar al bardo inglés de su trono?
Hay varios autores que plantean que Shakespeare no fue sino el pseudónimo de Edward de Vere —XVII Conde de Oxford—, John Florio, Emilia Bassano Lanier, Francis Bacon o la mismísima reina Isabel de Inglaterra. Empero, la mayoría de los artículos a los que he tenido acceso proponen a Cristopher Marlowe como el Shakespeare real.
Vamos a comenzar con una breve reseña histórica de los años en los que vivieron Shakespeare y Marlowe: La reina Isabel, protestante, asciende al trono y se convierte en una feroz e incansable perseguidora del catolicismo. Dichas persecuciones sacian la paciencia del papa, que excomulgará a la monarca inglesa, declarándola proscrita y premiándose la desobediencia de sus súbditos. Se cierne la amenaza sobre la reina, que teme una invasión tanto de los países católicos como conspiraciones por los oligarcas católicos ingleses. Así las cosas, resuelve crear el primer cuerpo de espionaje profesional de la Historia, como tan bien nos describe Ken Follet en Una columna de fuego. Estos espías habrían de internarse en las entrañas de la Europa católica para frenar cualquier amago de destronamiento. Con esta situación diplomática y religiosa en la que se encuentra Inglaterra, se percibe un creciente aislamiento de lo que respecta al continente europeo.
¿Por qué habríamos de dudar de la muerte de Marlowe? Marlowe, amén de su faceta dramaturga, se sabe que fue miembro del entramado de los Servicios Secretos de la reina Isabel. Marlowe, que fue universitario en Cambridge, conoció allí a célebres e influyentes personas que lo introducirían en los mentideros de la Corte. Como espía, viajó por la Francia católica en busca de confabulaciones que trataran de terminar con el reinado de la soberana inglesa. Durante su etapa en Francia, planeó sobre él la sospecha de que en realidad fuera agente doble: asalariado del papa de Roma; y su caso fue discutido en el Consejo de la Reina, máximo órgano consultivo. Merced a sus mecenas e influyentes conocidos, logra aplacar los recelos de la reina. Empero, a su vuelta a una Inglaterra cuya cabeza religiosa es la reina, comienza a propugnar principios heréticos, castigados muy duramente por las leyes de la isla, vinculándose a la Escuela de la Noche, una agrupación secreta de poderosos personajes de carácter subversivo, que fue descubierta poco antes de la muerte de Marlowe.
Tras varias torturas, sus compañeros acusan a Marlowe de ser autor de textos blasfemos y contrarios a la autoridad de la reina, penas condenadas con la muerte. No sería de extrañar que, en virtud de los contactos hechos en Francia y los que años atrás le permitieran salir airoso de la imputación de ser agente doble, fingiera su propia muerte y huyera a Europa; primero a Francia para recalar luego en Italia o en España. El informe del juez pesquisidor sobre el asesinato de Marlowe despierta más incógnitas: los testigos del asesinato afirman no conocer a Marlowe y su asesino es, de pronto, aceptado por uno de los más estrechos amigos y mecenas de Marlowe. Además, el texto del pesquisidor presenta incoherencias. Finalmente, como colofón a esta historia, el cadáver de un sacerdote católico martirizado por las persecuciones poco antes de la presunta muerte de Marlowe desaparece, pudiéndose adoptar como el cadáver de Marlowe.
Es posible que no sepamos si es verdad o no todo este argumentario. No obstante, como idea final, quisiera trasladar que estos estudios son muy importantes: conociendo la mente de aquel artista que parió una obra, el lector puede degustarla más. Aun así, nadie podrá emborronar nunca la profundidad y belleza que presentan las obras shakesperianas. Pero no puedo evitar aconsejar que buceemos en Marlowe, y os invito a leer obras suyas, como El doctor Fausto o Matanza en París, para descubrir o desempolvar a este genio a la altura de los más grandes.
PD: Esta ristra de argumentos han sido sacados de diversos autores, así como de documentales de fácil acceso, cuyos links agrego:
https://www.youtube.com/watch?v=5EjYNyvI7BI
http://blognosololiteratura.blogspot.com/2012/11/el-enigma-de-shakespeare.html
https://www.microfilosofia.com/2017/02/el-enigma-de-shakespeare-jmm.html
http://www.abc.es/cultura/abci-william-shakespeare-pais-caza-enigma-201601042135_noticia.html
https://www.antrophistoria.com/2016/01/el-enigma-de-william-shakespeare.html
http://www.elmundo.es/cultura/2016/10/24/580e2a05268e3ea3118b4707.html
https://www.doubtaboutwill.org/
https://web.archive.org/web/20041009183120/http://www2.prestel.co.uk/rey/pc_cert.htm
http://www.bbc.com/mundo/noticias-37754345
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".
Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.
Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.
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