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Existe el inminente peligro de que Navarra acabe cayendo en manos de los independentistas vascos

¿ETA se extingue o sigue viva a través de Bildu?

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No estamos muy seguros de que la derrota que se anuncia de la banda terrorista ETA, sea tan completa como se anuncia. Es más, tenemos la impresión de que, los terroristas asesinos de la banda independentista, no han salido tan trasquilados como aparentemente parece, de sus actividades mafiosas causantes de ochocientos cuarenta y tres asesinatos que, durante los 60 años de su existencia, fueron perpetrando contra personas inocentes y, en muchos casos, debido a que tuvieron la mala suerte de encontrarse en el lugar menos oportuno en un momento determinado de su existencia. En realidad, es muy posible que, de alguna manera, hubieran contribuido de una forma decisiva a que, en la actualidad, cuando ya no se producen los asesinatos que fueron el martirio de España durante tantos años, 120 alcaldías en el País Vasco están regidas por miembros del partido Bildu, aparte de estar al frente del gobierno de la comunidad de Navarra, una formación que no es, ni más ni menos, que la traducción política ( incomprensiblemente legalizada) de los etarras que tuvieron aterrorizada, durante tantos años, a la ciudadanía española.


Se puede decir que todo el proceso de ETA, a través de los años en los que la banda estuvo activa, está lleno de situaciones oscuras, de contactos secretos, de comunicaciones a través de intermediarios, de complicidades de la Iglesia vasca, incluso con la participación activa, en favor de los etarras, protagonizada por el cardenal Setién, un clérigo que no dudó a anteponer su fanatismo abertzale a su deber como cristiano de impedir asesinatos de ciudadanos vascos y españoles. Una época de burdas y sospechosas actividades ilegales a través de las cloacas del Estado, que llegaron a producir fases en las que ETA disminuyó sus actividades criminales y otras en las que, seguramente debido a desengaños respeto a lo que ellos esperaban conseguir del Estado español, en las que los asesinatos, secuestros y las bombas se fueron sucediendo con una frecuencia inusual sin que ello sirviera para otra cosa que para entristecer al pueblo español.


En realidad, cuando se habla de EH Bildu se hace referencia a una coalición electoral española de ideología independentista vasca y perteneciente al denominado polo soberanista de izquierda, conformada por los partidos políticos Eusko Alkartasuna y Alternatiba, las agrupaciones Herritarron Garaia y Araba Bai, y otros independientes abertzales, que se unieron para concurrir a las elecciones del País Vasco y que, aunque habían sido ilegalizadas las 254 listas que había presentado la formación abertzale, por el Tribunal Supremo, posteriormente y por el Pleno del Tribunal Constitucional, por 6 votos a 5, se ignora debido a qué incomprensibles razones (ya que era evidente que dicha agrupación no era más que la cara política de ETA o, lo que todavía se entiende menos, precisamente por serlo) se volvieron a legalizar, de modo que los abertzales independentistas pudieron presentar todas sus listas a las elecciones del 22 de mayo, de las que sacaron los abultados resultados favorables que les han permitido gobernar cómodamente en una cantidad importante de municipios vascos y navarros.


Hoy en día se puede decir que existe el inminente peligro de que Navarra acabe cayendo en manos de los independentistas vascos que, además, tienen la clara intención de conseguir anexionarse dicha autonomía; algo parecido a lo que, los separatistas catalanes, intentan hacer con las Baleares y la comunidad Valenciana; lo que han comenzado a poner en práctica a través de los separatistas de ambas autonomías, todos ellos de tendencia izquierdista, empezando por la imposición del catalán en detrimento de la lengua oficial, el castellano. ¿Seguiría existiendo la agrupación de partidos de tendencia separatista del mundo etarra si, el TC, en su día, influido con toda seguridad por alguna presión de carácter político trasmitida por quienes no deseaban que se supiese, pero que estaban interesados en abrir una puerta, dentro de la actividad política, para que se permitiera al separatismo vasco el poder actuar desde la legalidad, con el objetivo evidente de privarle, a la banda de terroristas ETA, el protagonismo que les proporcionaba sus constantes atentados y, lo más importante, el poder justificar sus crímenes como una “guerra” de los vascos contra el Estado “opresor” español, que no les permitía independizarse. El mismo argumento que utilizan los catalanes, sólo que, en este caso, no se ha utilizado la violencia ni los asesinatos, para pedir exactamente lo mismo.


Lo cierto es que estas conquistas políticas, la posibilidad de imponer sus ideas en una multitud de pueblos vascos y navarros, unidos por la ideología separatista, para mantener viva, en todas las localidades en las que gobiernan, la semilla revolucionaria de los vascos abertzales; con los resultados que se han podido comprobar en los continuos incidentes y altercados ( caso Alsasua) que se vienen produciendo en localidades del país vasco en las que, el demostrar ser español o pertenecer a la policía o la guardia civil, se ha convertido en una de las más peligrosas situaciones en las que se pueden encontrar unas personas que, por otra parte, no hacen más que intentar gozar, sin cortapisas, de sus libertades. No sabemos en cuanto harán contribuido los diversos gobiernos del PP y del PSOE, pero es evidente que no han actuado en todas las ocasiones con la diligencia debida ni han estado a la altura de las circunstancias cuando nos encontramos, en pleno Siglo XXI, enfrentados a unos problemas de tipo identitario, en autonomías como Cataluña y País Vasco, con posibilidades de extenderse a otra autonomías limítrofes, que no se hubieran llegado a producir si, los dos partidos mayoritarios durante años en el Parlamento español, el PP y el PSOE, en lugar de pasarse las legislaturas enfrentado a cara de perro, para conseguir alcanzar el poder a toda costa, se hubieran sabido contener y alcanzar acuerdos en temas de tanta importancia, para España y los españoles, como es el de las aspiraciones separatistas de una comunidad tan transcendental para la economía de todo el Estado como ha sido y sigue siendo, Cataluña.


También sería conveniente que se supiera cuál ha sido el papel del PNV y de sus dirigentes en toda esta movida abertzale que, aunque siempre la han descalificado como método de lucha armada en contra del Estado español, es evidente que, en algunas ocasiones, sus simpatías se han vuelto hacia los terroristas convencidos, con toda seguridad, de que, en alguna manera, la presión que los terroristas han venido ejerciendo contra el Gobierno español, les ha servido a los gobernantes de la comunidad vasca como excusa para intentar conseguir beneficios singulares para su autonomía. Es evidente que, como ocurre con el señor Urkullu, los vascos y sus representantes en el Parlamento español han sabido jugar maravillosamente con las dos barajas, la de su aparente honorabilidad y rectitud y otra, la de utilizar el número de sus parlamentarios en Madrid, con la habilidad suficiente para sacar tajada de sus votos, como ha sucedido con los actuales PGE que siguen sin firmarse, debido a la exigencia del PNV de que se levante el 155 en Cataluña algo que esconde, como es más que evidente, el objetivo de que, la negociación con el Estado español para poder firmar unos presupuestos de los que dependen una serie de cuestiones pendientes de resolver de suma importancia, deba condicionarse al chantaje ejercido por los gobernantes del país vasco con el que, como sucedió con los anteriores presupuestos, intentan conseguir una tajada importante como la que significó una rebaja de la aportación vasca a la Tesorería del Estado que, si no estamos equivocados, pudo acercarse a los 6.000 millones de euros.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, aunque es obvio que el hecho de que ETA se disuelva es una excelente noticia y que es evidente que han sido derrotados por la actuación coordinada de las fuerzas de seguridad de España y Francia; el panorama vasco no ha quedado despejado como se hubiera podido esperar si, el partido separatista EHBildu, no hubiera sido legalizado y hoy, en Euskalerría, los que estuviesen gobernando fueran algunos de los partidos constitucionalistas, como sucedía en los años anteriores a la inoportuna legalización, por el TC, de las listas presentadas por el partido proetarra. Es muy posible que esta historia tenga una continuación, esta vez desde la legalidad, como han hecho los catalanes pero que, a la vista del maremágnum que se ha producido en Cataluña, no nos extrañaría que, dentro de unos meses, dependiendo de cómo acabe el caso de dicha comunidad; es muy posible que nos encontremos ante otra revolución, en esta ocasión dentro de la comunidad vasca y la navarra, que vuelva a poner en tela de juicio la autoridad del gobierno central y la unidad de los partidos políticos que, como se ve, a medida que transcurre el tiempo, parecen más cansados de seguir apoyando la causa de la vigencia de la Constitución española y ya hay algunos de demuestran signos de buscar sacar provecho de la situación. 

¿ETA se extingue o sigue viva a través de Bildu?

Existe el inminente peligro de que Navarra acabe cayendo en manos de los independentistas vascos
Miguel Massanet
sábado, 5 de mayo de 2018, 10:58 h (CET)

No estamos muy seguros de que la derrota que se anuncia de la banda terrorista ETA, sea tan completa como se anuncia. Es más, tenemos la impresión de que, los terroristas asesinos de la banda independentista, no han salido tan trasquilados como aparentemente parece, de sus actividades mafiosas causantes de ochocientos cuarenta y tres asesinatos que, durante los 60 años de su existencia, fueron perpetrando contra personas inocentes y, en muchos casos, debido a que tuvieron la mala suerte de encontrarse en el lugar menos oportuno en un momento determinado de su existencia. En realidad, es muy posible que, de alguna manera, hubieran contribuido de una forma decisiva a que, en la actualidad, cuando ya no se producen los asesinatos que fueron el martirio de España durante tantos años, 120 alcaldías en el País Vasco están regidas por miembros del partido Bildu, aparte de estar al frente del gobierno de la comunidad de Navarra, una formación que no es, ni más ni menos, que la traducción política ( incomprensiblemente legalizada) de los etarras que tuvieron aterrorizada, durante tantos años, a la ciudadanía española.


Se puede decir que todo el proceso de ETA, a través de los años en los que la banda estuvo activa, está lleno de situaciones oscuras, de contactos secretos, de comunicaciones a través de intermediarios, de complicidades de la Iglesia vasca, incluso con la participación activa, en favor de los etarras, protagonizada por el cardenal Setién, un clérigo que no dudó a anteponer su fanatismo abertzale a su deber como cristiano de impedir asesinatos de ciudadanos vascos y españoles. Una época de burdas y sospechosas actividades ilegales a través de las cloacas del Estado, que llegaron a producir fases en las que ETA disminuyó sus actividades criminales y otras en las que, seguramente debido a desengaños respeto a lo que ellos esperaban conseguir del Estado español, en las que los asesinatos, secuestros y las bombas se fueron sucediendo con una frecuencia inusual sin que ello sirviera para otra cosa que para entristecer al pueblo español.


En realidad, cuando se habla de EH Bildu se hace referencia a una coalición electoral española de ideología independentista vasca y perteneciente al denominado polo soberanista de izquierda, conformada por los partidos políticos Eusko Alkartasuna y Alternatiba, las agrupaciones Herritarron Garaia y Araba Bai, y otros independientes abertzales, que se unieron para concurrir a las elecciones del País Vasco y que, aunque habían sido ilegalizadas las 254 listas que había presentado la formación abertzale, por el Tribunal Supremo, posteriormente y por el Pleno del Tribunal Constitucional, por 6 votos a 5, se ignora debido a qué incomprensibles razones (ya que era evidente que dicha agrupación no era más que la cara política de ETA o, lo que todavía se entiende menos, precisamente por serlo) se volvieron a legalizar, de modo que los abertzales independentistas pudieron presentar todas sus listas a las elecciones del 22 de mayo, de las que sacaron los abultados resultados favorables que les han permitido gobernar cómodamente en una cantidad importante de municipios vascos y navarros.


Hoy en día se puede decir que existe el inminente peligro de que Navarra acabe cayendo en manos de los independentistas vascos que, además, tienen la clara intención de conseguir anexionarse dicha autonomía; algo parecido a lo que, los separatistas catalanes, intentan hacer con las Baleares y la comunidad Valenciana; lo que han comenzado a poner en práctica a través de los separatistas de ambas autonomías, todos ellos de tendencia izquierdista, empezando por la imposición del catalán en detrimento de la lengua oficial, el castellano. ¿Seguiría existiendo la agrupación de partidos de tendencia separatista del mundo etarra si, el TC, en su día, influido con toda seguridad por alguna presión de carácter político trasmitida por quienes no deseaban que se supiese, pero que estaban interesados en abrir una puerta, dentro de la actividad política, para que se permitiera al separatismo vasco el poder actuar desde la legalidad, con el objetivo evidente de privarle, a la banda de terroristas ETA, el protagonismo que les proporcionaba sus constantes atentados y, lo más importante, el poder justificar sus crímenes como una “guerra” de los vascos contra el Estado “opresor” español, que no les permitía independizarse. El mismo argumento que utilizan los catalanes, sólo que, en este caso, no se ha utilizado la violencia ni los asesinatos, para pedir exactamente lo mismo.


Lo cierto es que estas conquistas políticas, la posibilidad de imponer sus ideas en una multitud de pueblos vascos y navarros, unidos por la ideología separatista, para mantener viva, en todas las localidades en las que gobiernan, la semilla revolucionaria de los vascos abertzales; con los resultados que se han podido comprobar en los continuos incidentes y altercados ( caso Alsasua) que se vienen produciendo en localidades del país vasco en las que, el demostrar ser español o pertenecer a la policía o la guardia civil, se ha convertido en una de las más peligrosas situaciones en las que se pueden encontrar unas personas que, por otra parte, no hacen más que intentar gozar, sin cortapisas, de sus libertades. No sabemos en cuanto harán contribuido los diversos gobiernos del PP y del PSOE, pero es evidente que no han actuado en todas las ocasiones con la diligencia debida ni han estado a la altura de las circunstancias cuando nos encontramos, en pleno Siglo XXI, enfrentados a unos problemas de tipo identitario, en autonomías como Cataluña y País Vasco, con posibilidades de extenderse a otra autonomías limítrofes, que no se hubieran llegado a producir si, los dos partidos mayoritarios durante años en el Parlamento español, el PP y el PSOE, en lugar de pasarse las legislaturas enfrentado a cara de perro, para conseguir alcanzar el poder a toda costa, se hubieran sabido contener y alcanzar acuerdos en temas de tanta importancia, para España y los españoles, como es el de las aspiraciones separatistas de una comunidad tan transcendental para la economía de todo el Estado como ha sido y sigue siendo, Cataluña.


También sería conveniente que se supiera cuál ha sido el papel del PNV y de sus dirigentes en toda esta movida abertzale que, aunque siempre la han descalificado como método de lucha armada en contra del Estado español, es evidente que, en algunas ocasiones, sus simpatías se han vuelto hacia los terroristas convencidos, con toda seguridad, de que, en alguna manera, la presión que los terroristas han venido ejerciendo contra el Gobierno español, les ha servido a los gobernantes de la comunidad vasca como excusa para intentar conseguir beneficios singulares para su autonomía. Es evidente que, como ocurre con el señor Urkullu, los vascos y sus representantes en el Parlamento español han sabido jugar maravillosamente con las dos barajas, la de su aparente honorabilidad y rectitud y otra, la de utilizar el número de sus parlamentarios en Madrid, con la habilidad suficiente para sacar tajada de sus votos, como ha sucedido con los actuales PGE que siguen sin firmarse, debido a la exigencia del PNV de que se levante el 155 en Cataluña algo que esconde, como es más que evidente, el objetivo de que, la negociación con el Estado español para poder firmar unos presupuestos de los que dependen una serie de cuestiones pendientes de resolver de suma importancia, deba condicionarse al chantaje ejercido por los gobernantes del país vasco con el que, como sucedió con los anteriores presupuestos, intentan conseguir una tajada importante como la que significó una rebaja de la aportación vasca a la Tesorería del Estado que, si no estamos equivocados, pudo acercarse a los 6.000 millones de euros.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, aunque es obvio que el hecho de que ETA se disuelva es una excelente noticia y que es evidente que han sido derrotados por la actuación coordinada de las fuerzas de seguridad de España y Francia; el panorama vasco no ha quedado despejado como se hubiera podido esperar si, el partido separatista EHBildu, no hubiera sido legalizado y hoy, en Euskalerría, los que estuviesen gobernando fueran algunos de los partidos constitucionalistas, como sucedía en los años anteriores a la inoportuna legalización, por el TC, de las listas presentadas por el partido proetarra. Es muy posible que esta historia tenga una continuación, esta vez desde la legalidad, como han hecho los catalanes pero que, a la vista del maremágnum que se ha producido en Cataluña, no nos extrañaría que, dentro de unos meses, dependiendo de cómo acabe el caso de dicha comunidad; es muy posible que nos encontremos ante otra revolución, en esta ocasión dentro de la comunidad vasca y la navarra, que vuelva a poner en tela de juicio la autoridad del gobierno central y la unidad de los partidos políticos que, como se ve, a medida que transcurre el tiempo, parecen más cansados de seguir apoyando la causa de la vigencia de la Constitución española y ya hay algunos de demuestran signos de buscar sacar provecho de la situación. 

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