Como lo habíamos anticipado en esta columna, una amplia mayoría de los electores paraguayos votaron el fin de semana por el fin del doble discurso impuesto que intentó ser hegemónico en el Paraguay durante las tres últimas décadas.

La jornada en la que Mario Abdo Benítez resultó electo como próximo presidente del Paraguay, se desarrolló “en el marco del respeto a la democracia y a la voluntad popular”, de acuerdo a lo expresado por el embajador norteamericano Lee McClenny, quien también felicitó a la OEA y otros observadores internacionales que avalaron los comicios.

El presidente electo también manifestó estar “muy agradecido por la carta enviada por el presidente Ruso Vladimir Putín y la visita de su embajador Nikolay Tavdumadze”. Afirmó tener toda la “voluntad y disposición para seguir fortaleciendo nuestras excelentes relaciones”.

La agencia noticiosa MAP, del Reino de Marruecos, consignó la promesa del nuevo presidente quien se comprometió a "ganar la confianza de aquellos que no nos acompañaron", dejando en claro su vocación democrática y pluralista.

También subrayó que Mario Abdo Benítez dio "…la bienvenida a aquellos que quieren construir una patria justa, una patria con equidad, una patria con instituciones morales, fuertes e independientes".

La agencia noticiosa que recoge noticias en Latinoamérica y el mundo árabe, NOTILAMAR, celebró por su parte las primeras decisiones del recientemente electo presidente del Paraguay.

Entre ellas, la confirmación del Senador Luis Alberto Castiglioni, gran amigo de Marruecos, como próximo canciller a partir del próximo 15 de agosto.

NOTILAMAR recordó que el 30 de octubre de 2015, Castiglioni hizo una encendida defensa del acercamiento y de la cooperación entre la República del Paraguay y el Reino de Marruecos.

En esa fecha, la plenaria del Senado paraguayo aprobó sin modificaciones el Proyecto de Ley que autorizó al poder ejecutivo a aceptar una donación marroquí destinada a la construcción de infraestructura médica, en la parte central de la región oriental del Paraguay, con el objetivo de disminuir la mortalidad materna y del recién nacido.

En declaración a la agencia Notilamar, antes del inicio del debate, el senador había saludado esta “iniciativa del Rey” de Marruecos, congratulándose por lo que llamó “re encauzamiento de las excelentes relaciones” bilaterales a partir de la llegada al poder del presidente Horacio Cartes (2013-2018).

Durante todo el gobierno de Cartes, el canciller Eladio Loizaga mantuvo un respaldo inequívoco e irrestricto a la legitimidad de la causa marroquí, instando al respeto a su integridad territorial.

Marruecos, en ese lapso, abrió su mercado a la carne paraguaya, e inauguró por primera vez en su historia una embajada en Paraguay.

Esto sucedía mientras toda la región sufría un giro político sorprendente en beneficio de los intereses marroquíes.

La lectura de los hechos que están a la vista, permiten afirmar que Marruecos ha tenido estruendoso éxito en Latinoamérica con su discurso culturalista, que exalta las afinidades subyacentes en la herencia histórica y cultural común, con raigambre en el patrimonio cultural andalusí.

Debemos convenir que el regreso con todos los honores a la Unión Africana, no es la única victoria de la hábil diplomacia marroquí, que ya en tiempos del General George Washington vislumbraba el futuro de Estados Unidos y desafiaba a los ingleses, siendo la primera en establecer relaciones con el país norteamericano.

Resonancias de esa gran historia, sin dudas, están presentes en los manejos que le permiten seguir escalando, sin prisa ni pausa, por los escarpados senderos de la esperpéntica y surrealista política latinoamericana.