La recaudación del Impuesto de Sociedades aumentó un 7% el año pasado en el conjunto de España mientras se hundió un 18% en Cataluña. Las cifras de la Agencia Tributaria ponen de relieve el notable impacto de la fuga de empresas de Cataluña.
Es necesario remontarse casi una década, en plena crisis financiera, para ver datos de este impuesto tan malos en nuestra comunidad. Este descalabro tributario es una de las herencias que nos ha dejado Puigdemont antes de su huida. Su legado se puede resumir en una sociedad enfrentada, una economía fragilizada y unas instituciones paralizadas.
Durante su gobierno, nadie recuerda ninguna medida a favor de la educación, la sanidad, la justicia o los problemas reales de la gente. Puigdemont se puso el sueldo más alto de los políticos de España y a cambio de ello solo se dedicó a crispar y crear tensión política. Y una vez montado el follón, huyó. Y encima algunos le adoran como un héroe. Increíble.
