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Quizás me quede contigo
mi amigo.
Quizás tú seas mi sueño
siempre eterno
pues nunca de ti me olvidé.
Quizás me quede contigo
y bendigo
saberlo hoy porque así
el mundo más pequeño y sutil
será.
Siempre te llevé adentro
y lo sé.
Que te quiero de verdad
aunque mi papá dijo:
_No te fijes, no será
no vendrá
y lo sé.
Su dolor puede ser grande,
dura su pena
para mi no ajena
aunque su causa sea.
No vendrá
y que más se hará
si mi amigo no es mendigo,
mi amor no mendigará.
No vendrá
aunque yo deseo verlo
y contarle lo que soy
y que le quiero
aún donde estoy.
Que debo hablar contigo
mi amigo
que no quiero perderte
por más caprichos.
Soneto dedicado a la Hermandad del Cristo de los Estudiantes de Córdoba que ha logrado esta imagen, tan cabal como conmovedora, que nos acerca, más aún, al Cristo Vivo del Sagrario.
A pocos días de que comience la Semana Santa, en donde se vive con especial devoción en lugares tan emblemáticos como Sevilla, cae en nuestras manos una característica novela negra del escritor Fran Ortega. Los hijos de justo comienza con el capellán de la Macarena degollado en la Basílica, en donde, además, no hay rastro de la imagen de la virgen.
Te he mirado Señor, como otras veces, pero hoy tu rostro está más afligido. Sé que ahora te sientes muy herido por agravios que tu no te mereces.
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