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Entrevista a Noelia López, Noelia Sales y Nerea Fernández

Bm. Castellón, primer club castellonense en la División de Honor del Balonmano Femenino-Liga Guerreras Iberdrola

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Cualquier tropiezo, cualquier punto perdido, puede decantar la balanza hacia un lado u otro. Y lo mismo ocurre por abajo. Arde también. Villaverde, Handbol Canyamelar, Bm. Castellón y el Ants Bfit Muchoticket tratan de eludir los dos últimos lugares que conducen a la pérdida de la categoría. Las jugadoras del Bm. Castellón, en su primera temporada en la elite del balonmano nacional, pugnan por la permanencia. De momento, parecen salvadas, pero un solo punto de diferencia, que es su ventaja actual sobre el Canyamelar, su inmediato perseguidor, parece poco bagaje. El final de curso se anuncia duro y terrible. Van a ser seis semanas proclives a las sorpresas que proporcionan victorias o derrotas inesperadas.


Desde finales de los años sesenta y comienzos de los setenta, la ciudad de Castellón de la Plana no conocía lo que es el balonmano femenino de primer nivel. En aquella época, el histórico Medina, procedente de la no menos histórica Sección Femenina, participaba en lo que se llamaba Primera División Nacional, embrión de la actual División de Honor Femenina–Liga Guerreras Iberdrola, con una estructura competitiva completamente distinta a la actual. Tras lograr el ascenso durante la temporada anterior, el Bm. Castellón, trata de consolidarse en la categoría. Una empresa difícil, muy difícil, porque el presupuesto es corto y el equipo se nutre fundamentalmente de su cantera, de su trabajo con la base, bien alejado de cualquier posibilidad de incorporar jugadoras extranjeras. Por eso su esfuerzo, su obstinación por mantener en primera línea al balonmano castellonense todavía alcanza un mayor valor. Sin duda. Hace unos días, tres jugadoras del primer equipo, tres guerreras de la División de Honor, se prestaron a contar esta experiencia. Lo hicieron en torno a una mesa, en un desayuno sabatino. Ellas son: Noelia López, Noelia Sales y Nerea Fernández. Las tres, cómo no, proceden de la cantera local.


¿Dónde comenzasteis a jugar al balonmano?

Noelia López (N.L.). Comencé a jugar en mi colegio. Era una niña muy movida y tenía que hacer algún deporte. Mi hermana había probado varios y al final nos decantamos las dos por el balonmano. Además, como había algún antecedente en nuestra familia y mis padres ya conocían este mundo, nos motivaron para que lo practicáramos.

Noelia Sales (N.S.). Mi caso es el mismo que el de Noelia. Nos apuntamos juntas porque íbamos al mismo colegio. Primero jugamos al básket, pero la experiencia duró poco y pasamos al equipo de balonmano, donde ya estaba mi hermana Alba.

Nerea Fernández (N.F.). Yo probé muchos deportes, pero un día vino a mi colegio de Almassora un chaval y nos habló del balonmano. Probé, me gustó y me quedé para siempre.


¿Guardáis algún recuerdo especial de algún entrenador de vuestra etapa de formación?

N. S.- Las tres estuvimos varios años en el Centro de Tecnificación de Cheste y allí aprendimos técnica y táctica. Hasta entonces nuestra formación había sido muy básica. Los formadores que más influyeron en nosotras fueron Iñaki Pérez Salort, Marc Madruga, Silvia del Olmo y también Manuel Ángel Perdigón, sobre todo en defensa.


Noelia López es maestra, preparando oposiciones; Noelia Sales licenciada en IVEF y Nerea Fernández estudia Psicología, ¿vuestras profesiones futuras pueden tener alguna aplicación en el balonmano?

N.L.- Estudié Magisterio Infantil. Con los niños, a partir de los seis años, el movimiento forma parte de todo. Hay muchos ejercicios globales, porque se trabaja un abanico muy amplio de opciones, pero algunas actividades motoras y óculo-manuales del balonmano pueden utilizarse con ellos.

N.S.- En mi carrera sí que tiene aplicación, claro. A mí me interesa el deporte en general y, por ahora, no me atrae entrenar equipos. Después no sé lo que haré.

N.F.- A mí me gustaría especializarme en la rama de Psicología Deportiva. Creo que la mayoría de jugadores llegan a un punto donde se bloquean por múltiples motivos: desde un cambio mal aceptado hasta por fallar un penalty. Creo que son aspectos que conviene trabajar y en la actualidad no se hace. El poco tiempo que disponemos lo destinamos a la técnica y la táctica, sin olvidar que tampoco existe presupuesto para este tipo de preparación.


Nerea López y Nerea Sales se manejan en las posiciones de lateral y central, mientras que Nerea Fernández se desenvuelve en el extremo izquierdo, ¿siempre habéis ocupado estas posiciones?

N.L.- Sí, siempre he jugado de lateral, aunque en la Selección Autonómica también lo hice como central, porque por razones antropométricas no tenía sitio en el lateral izquierdo.

N.S.- Siempre fui central, aunque alguna vez he jugado como extremo de los dos lados.

N.F.- Toda la vida he jugado como extremo, menos un año en que el seleccionador Joaquín Rocamora, me alineó como central de la Selección Autonómica. En aquella época yo era máxima goleadora y me iba bien esa posición.


Las tres fueron protagonistas del ascenso del C.Bm. Castellón a la División de Honor. Eso ocurrió en Ibiza, al término de la temporada pasada, ¿qué recuerdos guardáis de aquel día?

N.F.- ¡Buff! Era por fin el colofón deseado después de tanto trabajo. Durante los cuatro años anteriores habíamos luchado mucho por conseguirlo. Fue muy importante que las mismas jugadoras de siempre, sin fichar a nadie, lográramos ascender, un premio a nuestro esfuerzo.

N.L.- Intentamos conseguirlo antes pero no pudimos y toda esa experiencia acumulada nos hizo madurar. Fue un momento muy emotivo, pero como lo estás esperando con tantas ganas, cuando se produce te crees que no es verdad, que no es real. Tengo la impresión de que hasta mucho tiempo después no hemos interiorizado que estamos ya en la máxima categoría.


¿Creéis que en Castellón vuestro éxito ha tenido el suficiente reconocimiento público?

N.F.- Yo diría que sí ha tenido la repercusión que merecía.

N.L.- Nos llaman para que aparezcamos en revistas, tratan de ayudarnos económicamente, nos hacen entrevistas y eso significa que nos valoran, aunque la verdad es que nosotras nos conformamos con muy poco y que en otros lugares con menos logros deportivos tienen de todo.


A nivel de elite, ahora mismo en Castellón estáis por encima del fútbol, que suele ser el deporte emblemático de todas las ciudades.

N.L.- Mira, tenemos muy asumido que el fútbol, esté donde esté, es la catedral. Siempre va a estar por encima de nosotras, aunque juegue en divisiones inferiores a la nuestra. Nunca seremos más que ellos.


De quien no os podéis quejar, me imagino, es de la abnegada afición que os sigue en cada partido.

N.F.- Desde luego que no. Trabajo en una piscina y las mujeres de aquagym me conocen, se enteran del resultado de nuestros partidos y luego me lo comentan.

N.L.- No, la afición no nos deja, es verdad. Hay un aficionado que todos los partidos hace sonar su bombo y se lo lleva allá donde va, porque nos sigue en algunos desplazamientos. Además tenemos abonados que, por una mínima cantidad, pueden acudir a ver los partidos en el Pabellón del Grupo Grapa.


Pero Rafa Martí Radiu, vuestro presidente, sólo asiste a los partidos en casa.

Es que él no está para tanto viaje. En los partidos de casa lo pasa mal. Ya le dio un achuchón en el pabellón y se lo tuvieron que llevar en ambulancia. Rafa es Rafa y hay que quererle como es.


Después de llevar tantos años juntas, me imagino que casi jugaréis de memoria, ¿no?

N.S.- Hasta la temporada pasada, sí sabíamos lo que iba a hacer la compañera [risas]

N.F.- Sabemos que las caras de López siempre significan algo y si Sales sopla, nos damos cuenta de que la cosa está difícil. A partir de ahí, ya tenemos claro que el juego ha de ir por otro lado. Detectamos enseguida el estado de ánimo de cada compañera.

N.L.- Al llegar al equipo sénior había jugadoras veteranas y nosotras nos limitábamos a cubrir los huecos y a integrarnos en el grupo. Pero cuando se marcharon, la promoción 1993-1994 pasó a convertirse en la base del equipo. Noelia y yo llevamos jugando desde los tiempos de Cheste, hemos pasado por las categorías cadete y juvenil juntas, por lo tanto estamos compenetradas al máximo.


¿Habéis percibido mucha diferencia entre la División de Honor y la División de Honor Plata?

N.S.- Hemos notado diferencias físicas, sobre todo al comienzo de la temporada, cuando las rivales nos pasaban por encima. Ellas iban al setenta por ciento y nosotras, dando el ciento cincuenta por ciento, no podíamos. La recuperación de los partidos también es diferente, hay veces que cuesta hasta tres días.

N.L.- El tipo de arbitrajes también es diferente y pienso que todos los árbitros deberían tener un mismo criterio, unificar parámetros para que las jugadoras sepamos a qué atenernos.


Todos los equipos utilizan jugadas para iniciar el ataque y eso conduce a una cierta automatización, ¿se ha mecanizado demasiado el balonmano actual?

N.L.- Eso depende del juego que proponga el entrenador. Si somos un equipo que, a nivel físico y de estatura, no está a la misma altura que otros, el talento no nos sirve. En determinadas jugadoras sí que puede producirse esa mecanización a la que aludes, pero insisto en que todo depende del juego colectivo.

N.F.- Las jugadas de iniciación son necesarias para empezar, para atacar con un cierto orden.

N.L.- En la División de Honor hay un ritmo de ataque muy rápido y en mi opinión hay que encontrar un punto medio entre el talento individual y el sistema ordenado. Es verdad que a veces fallamos porque estamos pendientes del desarrollo habitual del juego, pero sin esos procedimientos previos en ocasiones no se puede abrir una defensa 6:0.


En la División de Honor femenina-Liga Guerreras Iberdrola, además del Bm. Castellón hay otros dos equipos de la Comunidad Valenciana: Bm. Elche y Handbol Canyamelar, ¿existe mucha rivalidad entre vosotras?

N.L.- Es cierto que hay más rivalidad que con otros equipos, porque podemos plantarles cara, ya que las conocemos, sabemos cómo son, hemos jugado contra ellas en categorías inferiores y junto con ellas en la Selección Valenciana. En las generaciones anteriores, los piques se producían con el Marítim, pero la rivalidad más habitual de nuestra promoción fue siempre contra el Balonmano Elda.


Uno de los puntos débiles, al tiempo que fundamentales, del balonmano es la defensa. Muchas jugadoras prefieren el ataque porque les resulta más atractivo marcar goles que evitarlos.

N.L.- A nosotras nos pasa lo contrario, nos gusta más defender que atacar. Atacas mejor cuando has defendido bien, has evitado un gol en contra y has conseguido la posesión del balón. Si no has defendido bien, atacas pero no con la misma mentalidad. Atacar sin sacar de centro hace que todo vaya mucho mejor.

N.F.- Cuando haces cuatro faltas seguidas defendiendo, el banquillo se viene arriba y todo va mejor. Defender es una actitud, pero con piernas, porque si no tienes piernas…

Esta temporada comenzasteis con una defensa muy abierta y profunda, ahora la habéis cerrado, ¿os va mejor así?

N.L.- Desde el partido de Málaga hemos cerrado la defensa y nos sentimos más a gusto. El nivel de los rivales no permitía la defensa abierta, porque las ayudas no llegaban. Ahora estamos cogiendo más confianza y respondemos mejor ante las contrarias. Igual si descendemos a la División de Honor Plata tenemos que volver a abrirla.

N.S.- El problema de la defensa abierta es que desgasta mucho y las fuerzas se te acaban antes. Con la cerrada, la gasolina dura más.


Habéis hablado del posible descenso al a División de Honor Plata, ¿pensáis que vais a descender?

N.L.- Hace tres meses te hubiera dicho que sí, pero ahora vemos posibilidades de conseguir la permanencia. Habíamos llegado a un punto en que no podíamos caer más abajo, éramos conscientes de que estábamos en lo más hondo y sólo cabía subir. Lo hablamos entre todas e intentamos buscar soluciones. Por otro lado, el trabajo de pesas ha comenzado a surtir efecto y nos hemos dado cuenta de que en el minuto cincuenta y cinco todavía podemos correr el contraataque.

N.F.- Ahora ya hemos visto a todos los equipos de la División de Honor. No hay sorpresas, sabemos cómo son. Si, además, físicamente respondemos mejor, eso significa que hemos progresado y vamos a por la permanencia.


Terminemos con el futuro: ¿suceda lo que suceda, continuaréis en el equipo?

N.S.- Yo pienso seguir.

N.F.- Yo también.

N.L.- Yo estoy pendiente de mis oposiciones de Magisterio y, si las apruebo, del destino que me toque. Si es cerca podré continuar, pero si estoy lejos, no. Desde luego lo que tengo claro es que allá donde me encuentre intentaré jugar en algún equipo.


Son jóvenes, tienen personalidad, llevan muchos años luchando por practicar el deporte que más les gusta, el balonmano, a su máximo nivel. Consiguieron su meta la temporada anterior. Este año, el de su estreno en la División de Honor-Liga Guerreras Iberdrola, el objetivo es otro: asentarse. Toca sufrir, apretar los dientes y esforzarse en cada partido. Como decían los clásicos que «Los dioses les sean propicios».

Bm. Castellón, primer club castellonense en la División de Honor del Balonmano Femenino-Liga Guerreras Iberdrola

Entrevista a Noelia López, Noelia Sales y Nerea Fernández
Herme Cerezo
martes, 10 de abril de 2018, 06:47 h (CET)

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Cualquier tropiezo, cualquier punto perdido, puede decantar la balanza hacia un lado u otro. Y lo mismo ocurre por abajo. Arde también. Villaverde, Handbol Canyamelar, Bm. Castellón y el Ants Bfit Muchoticket tratan de eludir los dos últimos lugares que conducen a la pérdida de la categoría. Las jugadoras del Bm. Castellón, en su primera temporada en la elite del balonmano nacional, pugnan por la permanencia. De momento, parecen salvadas, pero un solo punto de diferencia, que es su ventaja actual sobre el Canyamelar, su inmediato perseguidor, parece poco bagaje. El final de curso se anuncia duro y terrible. Van a ser seis semanas proclives a las sorpresas que proporcionan victorias o derrotas inesperadas.


Desde finales de los años sesenta y comienzos de los setenta, la ciudad de Castellón de la Plana no conocía lo que es el balonmano femenino de primer nivel. En aquella época, el histórico Medina, procedente de la no menos histórica Sección Femenina, participaba en lo que se llamaba Primera División Nacional, embrión de la actual División de Honor Femenina–Liga Guerreras Iberdrola, con una estructura competitiva completamente distinta a la actual. Tras lograr el ascenso durante la temporada anterior, el Bm. Castellón, trata de consolidarse en la categoría. Una empresa difícil, muy difícil, porque el presupuesto es corto y el equipo se nutre fundamentalmente de su cantera, de su trabajo con la base, bien alejado de cualquier posibilidad de incorporar jugadoras extranjeras. Por eso su esfuerzo, su obstinación por mantener en primera línea al balonmano castellonense todavía alcanza un mayor valor. Sin duda. Hace unos días, tres jugadoras del primer equipo, tres guerreras de la División de Honor, se prestaron a contar esta experiencia. Lo hicieron en torno a una mesa, en un desayuno sabatino. Ellas son: Noelia López, Noelia Sales y Nerea Fernández. Las tres, cómo no, proceden de la cantera local.


¿Dónde comenzasteis a jugar al balonmano?

Noelia López (N.L.). Comencé a jugar en mi colegio. Era una niña muy movida y tenía que hacer algún deporte. Mi hermana había probado varios y al final nos decantamos las dos por el balonmano. Además, como había algún antecedente en nuestra familia y mis padres ya conocían este mundo, nos motivaron para que lo practicáramos.

Noelia Sales (N.S.). Mi caso es el mismo que el de Noelia. Nos apuntamos juntas porque íbamos al mismo colegio. Primero jugamos al básket, pero la experiencia duró poco y pasamos al equipo de balonmano, donde ya estaba mi hermana Alba.

Nerea Fernández (N.F.). Yo probé muchos deportes, pero un día vino a mi colegio de Almassora un chaval y nos habló del balonmano. Probé, me gustó y me quedé para siempre.


¿Guardáis algún recuerdo especial de algún entrenador de vuestra etapa de formación?

N. S.- Las tres estuvimos varios años en el Centro de Tecnificación de Cheste y allí aprendimos técnica y táctica. Hasta entonces nuestra formación había sido muy básica. Los formadores que más influyeron en nosotras fueron Iñaki Pérez Salort, Marc Madruga, Silvia del Olmo y también Manuel Ángel Perdigón, sobre todo en defensa.


Noelia López es maestra, preparando oposiciones; Noelia Sales licenciada en IVEF y Nerea Fernández estudia Psicología, ¿vuestras profesiones futuras pueden tener alguna aplicación en el balonmano?

N.L.- Estudié Magisterio Infantil. Con los niños, a partir de los seis años, el movimiento forma parte de todo. Hay muchos ejercicios globales, porque se trabaja un abanico muy amplio de opciones, pero algunas actividades motoras y óculo-manuales del balonmano pueden utilizarse con ellos.

N.S.- En mi carrera sí que tiene aplicación, claro. A mí me interesa el deporte en general y, por ahora, no me atrae entrenar equipos. Después no sé lo que haré.

N.F.- A mí me gustaría especializarme en la rama de Psicología Deportiva. Creo que la mayoría de jugadores llegan a un punto donde se bloquean por múltiples motivos: desde un cambio mal aceptado hasta por fallar un penalty. Creo que son aspectos que conviene trabajar y en la actualidad no se hace. El poco tiempo que disponemos lo destinamos a la técnica y la táctica, sin olvidar que tampoco existe presupuesto para este tipo de preparación.


Nerea López y Nerea Sales se manejan en las posiciones de lateral y central, mientras que Nerea Fernández se desenvuelve en el extremo izquierdo, ¿siempre habéis ocupado estas posiciones?

N.L.- Sí, siempre he jugado de lateral, aunque en la Selección Autonómica también lo hice como central, porque por razones antropométricas no tenía sitio en el lateral izquierdo.

N.S.- Siempre fui central, aunque alguna vez he jugado como extremo de los dos lados.

N.F.- Toda la vida he jugado como extremo, menos un año en que el seleccionador Joaquín Rocamora, me alineó como central de la Selección Autonómica. En aquella época yo era máxima goleadora y me iba bien esa posición.


Las tres fueron protagonistas del ascenso del C.Bm. Castellón a la División de Honor. Eso ocurrió en Ibiza, al término de la temporada pasada, ¿qué recuerdos guardáis de aquel día?

N.F.- ¡Buff! Era por fin el colofón deseado después de tanto trabajo. Durante los cuatro años anteriores habíamos luchado mucho por conseguirlo. Fue muy importante que las mismas jugadoras de siempre, sin fichar a nadie, lográramos ascender, un premio a nuestro esfuerzo.

N.L.- Intentamos conseguirlo antes pero no pudimos y toda esa experiencia acumulada nos hizo madurar. Fue un momento muy emotivo, pero como lo estás esperando con tantas ganas, cuando se produce te crees que no es verdad, que no es real. Tengo la impresión de que hasta mucho tiempo después no hemos interiorizado que estamos ya en la máxima categoría.


¿Creéis que en Castellón vuestro éxito ha tenido el suficiente reconocimiento público?

N.F.- Yo diría que sí ha tenido la repercusión que merecía.

N.L.- Nos llaman para que aparezcamos en revistas, tratan de ayudarnos económicamente, nos hacen entrevistas y eso significa que nos valoran, aunque la verdad es que nosotras nos conformamos con muy poco y que en otros lugares con menos logros deportivos tienen de todo.


A nivel de elite, ahora mismo en Castellón estáis por encima del fútbol, que suele ser el deporte emblemático de todas las ciudades.

N.L.- Mira, tenemos muy asumido que el fútbol, esté donde esté, es la catedral. Siempre va a estar por encima de nosotras, aunque juegue en divisiones inferiores a la nuestra. Nunca seremos más que ellos.


De quien no os podéis quejar, me imagino, es de la abnegada afición que os sigue en cada partido.

N.F.- Desde luego que no. Trabajo en una piscina y las mujeres de aquagym me conocen, se enteran del resultado de nuestros partidos y luego me lo comentan.

N.L.- No, la afición no nos deja, es verdad. Hay un aficionado que todos los partidos hace sonar su bombo y se lo lleva allá donde va, porque nos sigue en algunos desplazamientos. Además tenemos abonados que, por una mínima cantidad, pueden acudir a ver los partidos en el Pabellón del Grupo Grapa.


Pero Rafa Martí Radiu, vuestro presidente, sólo asiste a los partidos en casa.

Es que él no está para tanto viaje. En los partidos de casa lo pasa mal. Ya le dio un achuchón en el pabellón y se lo tuvieron que llevar en ambulancia. Rafa es Rafa y hay que quererle como es.


Después de llevar tantos años juntas, me imagino que casi jugaréis de memoria, ¿no?

N.S.- Hasta la temporada pasada, sí sabíamos lo que iba a hacer la compañera [risas]

N.F.- Sabemos que las caras de López siempre significan algo y si Sales sopla, nos damos cuenta de que la cosa está difícil. A partir de ahí, ya tenemos claro que el juego ha de ir por otro lado. Detectamos enseguida el estado de ánimo de cada compañera.

N.L.- Al llegar al equipo sénior había jugadoras veteranas y nosotras nos limitábamos a cubrir los huecos y a integrarnos en el grupo. Pero cuando se marcharon, la promoción 1993-1994 pasó a convertirse en la base del equipo. Noelia y yo llevamos jugando desde los tiempos de Cheste, hemos pasado por las categorías cadete y juvenil juntas, por lo tanto estamos compenetradas al máximo.


¿Habéis percibido mucha diferencia entre la División de Honor y la División de Honor Plata?

N.S.- Hemos notado diferencias físicas, sobre todo al comienzo de la temporada, cuando las rivales nos pasaban por encima. Ellas iban al setenta por ciento y nosotras, dando el ciento cincuenta por ciento, no podíamos. La recuperación de los partidos también es diferente, hay veces que cuesta hasta tres días.

N.L.- El tipo de arbitrajes también es diferente y pienso que todos los árbitros deberían tener un mismo criterio, unificar parámetros para que las jugadoras sepamos a qué atenernos.


Todos los equipos utilizan jugadas para iniciar el ataque y eso conduce a una cierta automatización, ¿se ha mecanizado demasiado el balonmano actual?

N.L.- Eso depende del juego que proponga el entrenador. Si somos un equipo que, a nivel físico y de estatura, no está a la misma altura que otros, el talento no nos sirve. En determinadas jugadoras sí que puede producirse esa mecanización a la que aludes, pero insisto en que todo depende del juego colectivo.

N.F.- Las jugadas de iniciación son necesarias para empezar, para atacar con un cierto orden.

N.L.- En la División de Honor hay un ritmo de ataque muy rápido y en mi opinión hay que encontrar un punto medio entre el talento individual y el sistema ordenado. Es verdad que a veces fallamos porque estamos pendientes del desarrollo habitual del juego, pero sin esos procedimientos previos en ocasiones no se puede abrir una defensa 6:0.


En la División de Honor femenina-Liga Guerreras Iberdrola, además del Bm. Castellón hay otros dos equipos de la Comunidad Valenciana: Bm. Elche y Handbol Canyamelar, ¿existe mucha rivalidad entre vosotras?

N.L.- Es cierto que hay más rivalidad que con otros equipos, porque podemos plantarles cara, ya que las conocemos, sabemos cómo son, hemos jugado contra ellas en categorías inferiores y junto con ellas en la Selección Valenciana. En las generaciones anteriores, los piques se producían con el Marítim, pero la rivalidad más habitual de nuestra promoción fue siempre contra el Balonmano Elda.


Uno de los puntos débiles, al tiempo que fundamentales, del balonmano es la defensa. Muchas jugadoras prefieren el ataque porque les resulta más atractivo marcar goles que evitarlos.

N.L.- A nosotras nos pasa lo contrario, nos gusta más defender que atacar. Atacas mejor cuando has defendido bien, has evitado un gol en contra y has conseguido la posesión del balón. Si no has defendido bien, atacas pero no con la misma mentalidad. Atacar sin sacar de centro hace que todo vaya mucho mejor.

N.F.- Cuando haces cuatro faltas seguidas defendiendo, el banquillo se viene arriba y todo va mejor. Defender es una actitud, pero con piernas, porque si no tienes piernas…

Esta temporada comenzasteis con una defensa muy abierta y profunda, ahora la habéis cerrado, ¿os va mejor así?

N.L.- Desde el partido de Málaga hemos cerrado la defensa y nos sentimos más a gusto. El nivel de los rivales no permitía la defensa abierta, porque las ayudas no llegaban. Ahora estamos cogiendo más confianza y respondemos mejor ante las contrarias. Igual si descendemos a la División de Honor Plata tenemos que volver a abrirla.

N.S.- El problema de la defensa abierta es que desgasta mucho y las fuerzas se te acaban antes. Con la cerrada, la gasolina dura más.


Habéis hablado del posible descenso al a División de Honor Plata, ¿pensáis que vais a descender?

N.L.- Hace tres meses te hubiera dicho que sí, pero ahora vemos posibilidades de conseguir la permanencia. Habíamos llegado a un punto en que no podíamos caer más abajo, éramos conscientes de que estábamos en lo más hondo y sólo cabía subir. Lo hablamos entre todas e intentamos buscar soluciones. Por otro lado, el trabajo de pesas ha comenzado a surtir efecto y nos hemos dado cuenta de que en el minuto cincuenta y cinco todavía podemos correr el contraataque.

N.F.- Ahora ya hemos visto a todos los equipos de la División de Honor. No hay sorpresas, sabemos cómo son. Si, además, físicamente respondemos mejor, eso significa que hemos progresado y vamos a por la permanencia.


Terminemos con el futuro: ¿suceda lo que suceda, continuaréis en el equipo?

N.S.- Yo pienso seguir.

N.F.- Yo también.

N.L.- Yo estoy pendiente de mis oposiciones de Magisterio y, si las apruebo, del destino que me toque. Si es cerca podré continuar, pero si estoy lejos, no. Desde luego lo que tengo claro es que allá donde me encuentre intentaré jugar en algún equipo.


Son jóvenes, tienen personalidad, llevan muchos años luchando por practicar el deporte que más les gusta, el balonmano, a su máximo nivel. Consiguieron su meta la temporada anterior. Este año, el de su estreno en la División de Honor-Liga Guerreras Iberdrola, el objetivo es otro: asentarse. Toca sufrir, apretar los dientes y esforzarse en cada partido. Como decían los clásicos que «Los dioses les sean propicios».

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