| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
La pérdida auditiva es una problemática en aumento en nuestros días. Según datos ofrecidos por la OMS, más de 360 millones de personas sufren problemas auditivos que implican disfunciones en la manera en que el cerebro recibe, asimila y comprende la información que le llega a través del sonido. Además, la edad de aparición de los primeros síntomas cada vez es menor, debido al uso incorrecto de auriculares, participación en actividades de ocio muy ruidosas y falta de protección acústica en los trabajos con alto nivel de ruido.
Esta situación suele darse de manera gradual, generando dificultades a lo largo de los años que, muchas veces, pasan desapercibidas en la rutina diaria. Si no se trata adecuadamente, esta situación puede desembocar en disfunciones cognitivas debido al mal uso que, precisamente, se hace del cerebro y al sobre esfuerzo al que este se ve sometido, pudiendo aumentar, en muchos casos, la probabilidad de desarrollar demencia en edades avanzadas.
En este sentido es importante tener en cuenta una serie de factores que pueden alertar de una posible disfunción auditiva tanto en alguien de nuestro entorno, como en nosotros mismos. Los expertos de Oticon alertan de algunos síntomas.
En cualquier caso, y para evitar situaciones más complejas derivadas de un problema auditivo, se aconseja acudir a un especialista al primer síntoma. Se calcula que las personas esperan, de media, entre 15 y 20 años para acudir al médico porque no escuchan bien, pero esta situación debe ser paliada antes, con el fin de corregir cualquier disfunción y garantizar la mejor inteligibilidad y comprensión del mensaje.
Los españoles pasan una media de 1.760 horas al año en el trabajo. Ir a trabajar forma parte de la rutina diaria de millones de personas, pero la productividad depende en gran medida del entorno profesional y del ambiente en el que se desenvuelven los trabajadores, que en ocasiones repercute en su bienestar y va más allá de la jornada laboral.
Cada vez más personas son conscientes del impacto positivo que tiene el deporte en sus vidas. Mantenerse activo y saludable es fundamental a cualquier edad. A partir de los 40 años, comenzamos a experimentar una pérdida de masa muscular, así como una disminución en la densidad ósea, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones y enfermedades crónicas, al tiempo que disminuye nuestra calidad de vida.
La Fundación Josep Carreras contra la Leucemia, con la colaboración de la Fundación Grünenthal, ha publicado la Guía ‘El dolor en el paciente hemato-oncológico: antes, después y durante el tratamiento’. Este documento proporciona recomendaciones para manejar el dolor asociado a las enfermedades hematológicas en sus diferentes etapas del tratamiento, así como a nivel emocional por el impacto psicológico y funcional que tiene en los pacientes.
|