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“El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo” Winston Churchill

Quisicosas de la política nacional

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Durante años en España nadie se ha atrevido a ponerle una letra a nuestro himno nacional. Desde que don José María Pemán redactó una letra que quizá haya sido el intento más exitoso de dotar de un contenido vocal digno a la Danza de Granadero o Marcha Real, con el paréntesis de los años de la II República, durante la cual la Marcha Real fue sustituida por el himno de Riego; se puede decir que todos los intentos de dotar de una letra adecuada a nuestro himno nacional, seguramente más por cuestiones políticas que por otra cosa, han fracasado; de modo que nuestra nación, junto a otras tres naciones: San Marino, Kosovo y Bosnia y Herzegovina, son los únicos países del mundo cuyos himnos sólo tienen música, pero carecen de letra. Es obvio que un país en el que han existido tantos poetas y literatos, que tenemos el honor de ser una de las naciones del mundo donde los textos literarios más han proliferado, en la que el número de literatos ha sido más numeroso y que hemos tenido a personajes de la categoría de Miguel de Cervantes, Calderón de la Barca, Zorrilla, Espronceda y toda una retahíla que sería imposible resumir en el corto espacio de este artículo, sin embargo, no haya conseguido encontrar un texto adecuado para dotar a nuestro Marcha Real de un contenido adecuado y capaz de enardecer a los españoles que todavía se sienten emocionados ante la vista de su bandera y enternecidos cuando suenan las vibrantes notas de nuestro himno nacional.


Una cantante gallega, Marta Sánchez López, ha tenido que ser la que, en uno de sus conciertos de celebración de su treinta aniversario de carrera musical, ha tenido la atinada idea, la valentía y el sentimiento de sorprender a la audiencia, incluyendo en su repertorio, como última actuación de la velada, la novedad de una reposición del himno de España al que le ha incluido una letra suya que tiene la virtud de enternecer, motivar y despertar la vena patriótica de cualquiera que, sin prejuicios, tenga el gusto de oírla. Como no podía ser de otra manera la sorpresa de aquella última actuación, que mereció los aplausos entusiastas de todos los asistentes a su concierto, ha tenido la virtud de no pasar inadvertida y ha causado tal revuelo que ha conseguido sorprender a propios y extraños. El señor Rajoy envió un tuit felicitando por su idea a la cantante y son muchos los que, tanto los que la escucharon en el Teatro de la Zarzuela de Madrid como los que han tenido noticia del hecho a través de las TV o la prensa, se han regocijado con la noticia aunque, como no podía dejar de ocurrir, algunos se han mostrado críticos con la idea. Entre ellos figuran los separatistas catalanes que, evidentemente, no comulgan con semejantes muestras patrióticas ( ellos han adoptado, como himno propio de Cataluña, Els Seguedors, basado en un Romance popular del Siglo XVII, que ha venido a sustituir a la Marcha Real que, para ellos, los separatistas nacionalistas, no es más que una muestra más de la “opresión” del Estado español sobre el pueblo catalán”)


No obstante, para los señores del partido comunista bolivariano, según palabras de su líder, señor Pablo Iglesias, no se trata más que de una muestra sentimentaloide de quienes dan importancia a estos símbolos, como la bandera, los himnos y la patria que consideran que logran apartar a quienes se sienten emocionados por ellos de las cosas que para ellos son verdaderamente importantes en la vida, como atender a los pobres o dar trabajo a los que no lo tengan. Es evidente que la idea materialista que, de la política, parece tener el señor Iglesias no le permite contemplar que los mismos que tienen un sentimiento patriótico son capaces de sacar al país de la crisis y conseguir que, en Europa, el prestigio de la nación española se haya recuperado a pesar de los esfuerzos de partidos como el suyo de evitar que nuestros representantes puedan aspirar a puestos de tanta relevancia como aquel al que aspira el señor de Guindos, en calidad de vicepresidente del BCE. En todo caso, lo que reprocha el señor Iglesias a los demás, debiera también recriminárselo a sus seguidores que, cada vez que salen a manifestarse en las calles, hacen pública ostentación de banderas comunistas y, como no, de la bandera republicana que, para el caso, tiene el mismo simbolismo para los republicanos de izquierdas, que el que tiene la bandera rojigualda para los patriotas de derechas.


Bueno sería que cuajase la idea de Marta Sánchez y, si no se optase por su versión, evidentemente apolítica y romántica, se empezase a elaborar una letra imparcial y apartidista, que pudiera optar a cubrir esta carencia que, en tantas ocasiones, ha conseguido que nos salieran los colores a la cara cuando observamos que, todas las naciones del mundo tienen su himno, con su correspondiente letra, que permite a sus ciudadanos participar orgullosos, con sus voces, cuando se produzca cualquier acontecimiento en el que suenen los acordes del himno de su país.


Por otra parte, en estos días en los que el tema español está de moda y cuando los españoles estamos muy sensibilizados ante los intentos de separatismo de los catalanes y preocupados por determinadas conductas que se están llevando a cabo por el Gobierno balear; debemos denunciar el comportamiento de algunas personalidades mediáticas, como es el caso de la presentadora televisiva, Susanna Griso ( la forma de escribir su nombre la delata), alguien que intenta disimular, con poca fortuna y una gran dosis de hipocresía, su evidente sentimiento de apoyo al nacionalismo catalán. Es cierto que intenta ocultar (no le conviene que en la cadena en la que trabaja la puedan considerar una separatista) pero no puede evitar demostrar, cuando dirige su programa “Espejo Público” en la cadena televisiva, Antena3, su evidente inclinación hacia los tertulianos que defienden la actuación de los independentistas catalanes, a los que les concede más tiempo para sus intervenciones mientras se le nota a la legua la empatía que les une a ellos, en ocasiones, hasta resultar notablemente injusta para el resto de tertulianos. Tenemos la impresión de que, ella misma, reconoce su incomodidad ante esta materia, que debería impulsarla a plantearse abandonar el programa que dirige, para ocupar un lugar en el programa de la TV3 catalana en el que, con toda seguridad, se sentiría más a gusto entre todos aquellos que se vienen dedicando a apoyar el independentismo, a los independentistas y, por añadidura, tiene la cara dura de mentir como bellacos cuando se trata de hablar de España, sus gobernantes y aquellos partidos que han apostado por defender la unidad de la nación española.


Otro personaje, aparentemente inofensivo, al que ya me he referido en otras ocasiones, es el cocinero de la misma cadena (parece que la Antena 3 se ha especializado en contratar a presentadores conflictivos) señor Carlos Arguiñano. Aparte de no entender como no haya quien le recomiende dejar de cantar en su programa culinario (algo en lo que verdaderamente es un experto) o haya alguno de los directivos del programa que le recomiende dejar de martirizar a la audiencia con sus intentos de presumir de voz y de saber cantar, cuando todo lo que consigue es desafinar y ponerse en ridículo; algo que también se puede decir de su faceta de contador de chistes, a cual peor y relatados con esta falta de vis cómica que impide que los mejores chistes queden convertidos en intentos fracasados de hacer reír a la concurrencia. Pero hay algo que resulta más molesto, el modo evidentemente parcial como trata a su tierra, el País Vasco y a todos los que colaboran con él, dejando al resto de España como si no formara parte de la audiencia de su programa. No cesa de aludir a los pueblos vascos, los restaurantes vascos, los cocineros y demás colegas de su tierra y de Navarra, como si en el resto del país no hubiera excelentes cocineros, platos extraordinarios o personas tan o más importantes que aquellas a las que se refiere continuamente, sean deportistas, destacadas personalidades del arte, el cine, la farándula, las letras o la cultura que siempre, vean ustedes la casualidad, resulta que pertenecen al entorno vascuence del que parece no querer salir.


Finalmente y como colofón en referencia a estos sujetos que no cejan de ir poniendo impedimentos para que la cuestión catalana pueda ser, de una vez, solventada mediante la aplicación de la ley; vamos a hacer referencia a un sujeto que nunca se sabe cuál va a ser su siguiente reacción, cuando se trata de sus relaciones con los separatistas catalanes. Se trata de este peculiar político, amante de excentricidades, extravagante y poco de fiar, debido a la indudable influencia que viene ejerciendo con el señor Pedro Sánchez gracias a la importancia que, para los socialistas, tienen los diputados catalanes, en el Parlamento de la nación. Este político parece que no acaba de posicionarse en cuanto a quienes son sus adversarios políticos o a quiénes debería apoyar. Es conocido de todos que, una de las graves cuestiones que vienen afectando a Cataluña, hacen referencia al hecho de que los nacionalistas catalanes aprovecharon los traspasos en la enseñanza para que los profesores encargados de la enseñanza de los niños catalanes fueran todos elegidos dentro de los maestros identificados con el nacionalismo catalán. La enseñanza que se ha venido impartiendo en los colegios públicos dependientes de la Generalitat, ha sido la que ha apartado el castellano de la enseñanza dejándola reducida a la mínima expresión en beneficio del idioma catalán. Ello ha permitido que las nuevas generaciones hayan recibido una enseñanza contaminada con las ideas separatistas, de modo que han conseguido que hayan sido educados en contra del gobierno español, de sus instituciones y del resto de los españoles, a los que se les ha enseñado a considerar como sus enemigos, quienes han intentado esquilmarlos y aquellos que se han aprovechado de ellos para vivir a su costa. Ahora, cuando el tema de la escuela catalana y de la torticera forma de educar a los jóvenes catalanes en el odio hacia España, el señor Iceta vuelve a insistir en que “el centro de gravedad” en la escuela, su compromiso con la inmersión lingüística y el aviso de que los socialistas no permitirán “nunca” que la lengua sea un motivo de división entre los niños. Para Iceta se trata de “defender siempre una escuela catalana en la que el catalán sea el centro de gravedad”. Si, señores, otra vez jugando a dos barajas, sin que todo lo que se ha venido haciendo para que la discriminación del castellano no tuviera lugar en la enseñanza catalana, vuelva a provocar la división entre aquellos partidos que parecían estar unidos para evitar que el castellano despareciese, nuevamente, como lengua vehicular en el caso de que cualquier español que desease que sus hijos aprendieran, aparte del catalán, el idioma español.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos como todo lo que parecía que se había conseguido con la aplicación del 155 de la Constitución, es muy posible que termine como agua de borrajas, gracias a las actuaciones de partidos que parecen más preocupados por sus intereses electorales y sus posibles alianzas para sacar al gobierno de Rajoy, que en mantener una unión firme contra el intento de los nacionalistas de salirse con la suya, en la consecución de su objetivo de continuar dirigiendo, desde las escuelas y las universidades públicas, todo el programa de formación de adeptos al independentismo, que habían llevado a cabo hasta antes de la aplicación del 155 y, al parecer, continuará a partir de ahora. Mal vamos si seguimos por este camino.

Quisicosas de la política nacional

“El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo” Winston Churchill
Miguel Massanet
martes, 20 de febrero de 2018, 06:52 h (CET)

Durante años en España nadie se ha atrevido a ponerle una letra a nuestro himno nacional. Desde que don José María Pemán redactó una letra que quizá haya sido el intento más exitoso de dotar de un contenido vocal digno a la Danza de Granadero o Marcha Real, con el paréntesis de los años de la II República, durante la cual la Marcha Real fue sustituida por el himno de Riego; se puede decir que todos los intentos de dotar de una letra adecuada a nuestro himno nacional, seguramente más por cuestiones políticas que por otra cosa, han fracasado; de modo que nuestra nación, junto a otras tres naciones: San Marino, Kosovo y Bosnia y Herzegovina, son los únicos países del mundo cuyos himnos sólo tienen música, pero carecen de letra. Es obvio que un país en el que han existido tantos poetas y literatos, que tenemos el honor de ser una de las naciones del mundo donde los textos literarios más han proliferado, en la que el número de literatos ha sido más numeroso y que hemos tenido a personajes de la categoría de Miguel de Cervantes, Calderón de la Barca, Zorrilla, Espronceda y toda una retahíla que sería imposible resumir en el corto espacio de este artículo, sin embargo, no haya conseguido encontrar un texto adecuado para dotar a nuestro Marcha Real de un contenido adecuado y capaz de enardecer a los españoles que todavía se sienten emocionados ante la vista de su bandera y enternecidos cuando suenan las vibrantes notas de nuestro himno nacional.


Una cantante gallega, Marta Sánchez López, ha tenido que ser la que, en uno de sus conciertos de celebración de su treinta aniversario de carrera musical, ha tenido la atinada idea, la valentía y el sentimiento de sorprender a la audiencia, incluyendo en su repertorio, como última actuación de la velada, la novedad de una reposición del himno de España al que le ha incluido una letra suya que tiene la virtud de enternecer, motivar y despertar la vena patriótica de cualquiera que, sin prejuicios, tenga el gusto de oírla. Como no podía ser de otra manera la sorpresa de aquella última actuación, que mereció los aplausos entusiastas de todos los asistentes a su concierto, ha tenido la virtud de no pasar inadvertida y ha causado tal revuelo que ha conseguido sorprender a propios y extraños. El señor Rajoy envió un tuit felicitando por su idea a la cantante y son muchos los que, tanto los que la escucharon en el Teatro de la Zarzuela de Madrid como los que han tenido noticia del hecho a través de las TV o la prensa, se han regocijado con la noticia aunque, como no podía dejar de ocurrir, algunos se han mostrado críticos con la idea. Entre ellos figuran los separatistas catalanes que, evidentemente, no comulgan con semejantes muestras patrióticas ( ellos han adoptado, como himno propio de Cataluña, Els Seguedors, basado en un Romance popular del Siglo XVII, que ha venido a sustituir a la Marcha Real que, para ellos, los separatistas nacionalistas, no es más que una muestra más de la “opresión” del Estado español sobre el pueblo catalán”)


No obstante, para los señores del partido comunista bolivariano, según palabras de su líder, señor Pablo Iglesias, no se trata más que de una muestra sentimentaloide de quienes dan importancia a estos símbolos, como la bandera, los himnos y la patria que consideran que logran apartar a quienes se sienten emocionados por ellos de las cosas que para ellos son verdaderamente importantes en la vida, como atender a los pobres o dar trabajo a los que no lo tengan. Es evidente que la idea materialista que, de la política, parece tener el señor Iglesias no le permite contemplar que los mismos que tienen un sentimiento patriótico son capaces de sacar al país de la crisis y conseguir que, en Europa, el prestigio de la nación española se haya recuperado a pesar de los esfuerzos de partidos como el suyo de evitar que nuestros representantes puedan aspirar a puestos de tanta relevancia como aquel al que aspira el señor de Guindos, en calidad de vicepresidente del BCE. En todo caso, lo que reprocha el señor Iglesias a los demás, debiera también recriminárselo a sus seguidores que, cada vez que salen a manifestarse en las calles, hacen pública ostentación de banderas comunistas y, como no, de la bandera republicana que, para el caso, tiene el mismo simbolismo para los republicanos de izquierdas, que el que tiene la bandera rojigualda para los patriotas de derechas.


Bueno sería que cuajase la idea de Marta Sánchez y, si no se optase por su versión, evidentemente apolítica y romántica, se empezase a elaborar una letra imparcial y apartidista, que pudiera optar a cubrir esta carencia que, en tantas ocasiones, ha conseguido que nos salieran los colores a la cara cuando observamos que, todas las naciones del mundo tienen su himno, con su correspondiente letra, que permite a sus ciudadanos participar orgullosos, con sus voces, cuando se produzca cualquier acontecimiento en el que suenen los acordes del himno de su país.


Por otra parte, en estos días en los que el tema español está de moda y cuando los españoles estamos muy sensibilizados ante los intentos de separatismo de los catalanes y preocupados por determinadas conductas que se están llevando a cabo por el Gobierno balear; debemos denunciar el comportamiento de algunas personalidades mediáticas, como es el caso de la presentadora televisiva, Susanna Griso ( la forma de escribir su nombre la delata), alguien que intenta disimular, con poca fortuna y una gran dosis de hipocresía, su evidente sentimiento de apoyo al nacionalismo catalán. Es cierto que intenta ocultar (no le conviene que en la cadena en la que trabaja la puedan considerar una separatista) pero no puede evitar demostrar, cuando dirige su programa “Espejo Público” en la cadena televisiva, Antena3, su evidente inclinación hacia los tertulianos que defienden la actuación de los independentistas catalanes, a los que les concede más tiempo para sus intervenciones mientras se le nota a la legua la empatía que les une a ellos, en ocasiones, hasta resultar notablemente injusta para el resto de tertulianos. Tenemos la impresión de que, ella misma, reconoce su incomodidad ante esta materia, que debería impulsarla a plantearse abandonar el programa que dirige, para ocupar un lugar en el programa de la TV3 catalana en el que, con toda seguridad, se sentiría más a gusto entre todos aquellos que se vienen dedicando a apoyar el independentismo, a los independentistas y, por añadidura, tiene la cara dura de mentir como bellacos cuando se trata de hablar de España, sus gobernantes y aquellos partidos que han apostado por defender la unidad de la nación española.


Otro personaje, aparentemente inofensivo, al que ya me he referido en otras ocasiones, es el cocinero de la misma cadena (parece que la Antena 3 se ha especializado en contratar a presentadores conflictivos) señor Carlos Arguiñano. Aparte de no entender como no haya quien le recomiende dejar de cantar en su programa culinario (algo en lo que verdaderamente es un experto) o haya alguno de los directivos del programa que le recomiende dejar de martirizar a la audiencia con sus intentos de presumir de voz y de saber cantar, cuando todo lo que consigue es desafinar y ponerse en ridículo; algo que también se puede decir de su faceta de contador de chistes, a cual peor y relatados con esta falta de vis cómica que impide que los mejores chistes queden convertidos en intentos fracasados de hacer reír a la concurrencia. Pero hay algo que resulta más molesto, el modo evidentemente parcial como trata a su tierra, el País Vasco y a todos los que colaboran con él, dejando al resto de España como si no formara parte de la audiencia de su programa. No cesa de aludir a los pueblos vascos, los restaurantes vascos, los cocineros y demás colegas de su tierra y de Navarra, como si en el resto del país no hubiera excelentes cocineros, platos extraordinarios o personas tan o más importantes que aquellas a las que se refiere continuamente, sean deportistas, destacadas personalidades del arte, el cine, la farándula, las letras o la cultura que siempre, vean ustedes la casualidad, resulta que pertenecen al entorno vascuence del que parece no querer salir.


Finalmente y como colofón en referencia a estos sujetos que no cejan de ir poniendo impedimentos para que la cuestión catalana pueda ser, de una vez, solventada mediante la aplicación de la ley; vamos a hacer referencia a un sujeto que nunca se sabe cuál va a ser su siguiente reacción, cuando se trata de sus relaciones con los separatistas catalanes. Se trata de este peculiar político, amante de excentricidades, extravagante y poco de fiar, debido a la indudable influencia que viene ejerciendo con el señor Pedro Sánchez gracias a la importancia que, para los socialistas, tienen los diputados catalanes, en el Parlamento de la nación. Este político parece que no acaba de posicionarse en cuanto a quienes son sus adversarios políticos o a quiénes debería apoyar. Es conocido de todos que, una de las graves cuestiones que vienen afectando a Cataluña, hacen referencia al hecho de que los nacionalistas catalanes aprovecharon los traspasos en la enseñanza para que los profesores encargados de la enseñanza de los niños catalanes fueran todos elegidos dentro de los maestros identificados con el nacionalismo catalán. La enseñanza que se ha venido impartiendo en los colegios públicos dependientes de la Generalitat, ha sido la que ha apartado el castellano de la enseñanza dejándola reducida a la mínima expresión en beneficio del idioma catalán. Ello ha permitido que las nuevas generaciones hayan recibido una enseñanza contaminada con las ideas separatistas, de modo que han conseguido que hayan sido educados en contra del gobierno español, de sus instituciones y del resto de los españoles, a los que se les ha enseñado a considerar como sus enemigos, quienes han intentado esquilmarlos y aquellos que se han aprovechado de ellos para vivir a su costa. Ahora, cuando el tema de la escuela catalana y de la torticera forma de educar a los jóvenes catalanes en el odio hacia España, el señor Iceta vuelve a insistir en que “el centro de gravedad” en la escuela, su compromiso con la inmersión lingüística y el aviso de que los socialistas no permitirán “nunca” que la lengua sea un motivo de división entre los niños. Para Iceta se trata de “defender siempre una escuela catalana en la que el catalán sea el centro de gravedad”. Si, señores, otra vez jugando a dos barajas, sin que todo lo que se ha venido haciendo para que la discriminación del castellano no tuviera lugar en la enseñanza catalana, vuelva a provocar la división entre aquellos partidos que parecían estar unidos para evitar que el castellano despareciese, nuevamente, como lengua vehicular en el caso de que cualquier español que desease que sus hijos aprendieran, aparte del catalán, el idioma español.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos como todo lo que parecía que se había conseguido con la aplicación del 155 de la Constitución, es muy posible que termine como agua de borrajas, gracias a las actuaciones de partidos que parecen más preocupados por sus intereses electorales y sus posibles alianzas para sacar al gobierno de Rajoy, que en mantener una unión firme contra el intento de los nacionalistas de salirse con la suya, en la consecución de su objetivo de continuar dirigiendo, desde las escuelas y las universidades públicas, todo el programa de formación de adeptos al independentismo, que habían llevado a cabo hasta antes de la aplicación del 155 y, al parecer, continuará a partir de ahora. Mal vamos si seguimos por este camino.

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