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Pabellón apagado, la pista como único elemento iluminado, música, aplausos y emoción. El Madrid Arena vivía su última y definitiva jornada, la gran final en la que se decidiría el primer título de la historia en este torneo para las chicas. Una jornada para apuntar en los libros que tenía como protagonistas a Ariana Sánchez y Paula Josemaría por un lado, y a Delfina Brea y Beatriz González por el otro. Puro espectáculo de intensidad y calidad.
No en una, sino hasta en dos ocasiones han demostrado Gonzalo Rubio y Miguel Benítez lo correosos que pueden llegar a ser en la pista y que no les puedes dejar el mínimo tiempo para recuperarse, pues emergen con fuerzas renovadas y ponen patas arriba el partido. Los dos andaluces encendían el botón de las remontadas en las previas del Cascais Open y lograban revolverse en sus dos partidos para colarse con merecimiento total en la fase final.
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