| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
La ideología de género, es difundida por la agenda 2030 y que el sanchismo de nuestros pesares ha abrazado con inusitada fiereza, es irreal, es etérea, puramente abstracta; es sólo una inculta convención, a la que se agarran los ídem. Es una oscuridad que no puede sacarnos de la oscuridad, como deseducación no puede sacarnos de la deseducación, de la mala educación imperante en el sanchismo; baste como ejemplo su extendida corrupción.
No hay camino peor que el aburrimiento para terminar encontrando hechos inusitados. Llevado por mi hastío frente al televisor comienzo a hacer 'zapping', ese deporte sedentario tan típico de los entrados en años. Y en una de esas expediciones indolentes termino por arribar en un programa que se emite en La 1 de Radio Televisión Española.
Óscar Puente, "El Cabreador". Llegó al Parlamento por los votos de sus fieles y del PSOE. Hasta ahí nada que objetar. Pero su 'fichaje' no fue por su valía, que nunca la ha demostrado, y muchos menos en «Pincia» donde se dejó «robar la cartera», del mismo modo que años antes él se la había robado al ínclito Francisco Javier León de la Riva. La unión de socialistas y comunistas aupó a Puente a la cabeza del Consistorio.
La gran verdad de la era Sanchista: la MUERTE DEL PSOE tenía un precio; la MUERTE DEL ESPÍRITU SOCIALISTA tenía un precio; la MUERTE DE LAS AUTÉNTICAS CONCIENCIAS DE IZQUIERDA tenía un precio; la MUERTE DE LAS PERSONAS FALSIFICADAS tenía un precio; la MUERTE DE LA DEFENSA DE LA JUSTICIA EN LIBERTAD tenía un precio; la MUERTE DEL INDIVIDUO tenía un precio..., la MUERTE DE DIOS TAMBIEN TUVO UN PRECIO.
Escribo cuando hace tan sólo una semana que las calles de València quedaron limpias de las cenizas y los excesos falleros. Mis Fallas han consistido en horas de televisión, cada mediodía desde el 1 de marzo cómodamente sentado en el salón de casa y con una cerveza en la mano esperando a que el grito de “señor pirotécnico, puede empezar la mascletá” iniciara el estallido de los cohetes.
En el teatro de la impunidad, no solo los actores principales parecen exentos de la justicia, sino que el propio auditorio corea cánticos de perdón y excusa mientras sufre de ecolalia crónica no diagnosticada. Exculpación popular. Como en misa. Esta epidemia se expande cuando el fanatismo desmedido por ciertos personajes políticos o mediáticos ejerce una influencia desproporcionada en la opinión pública, convirtiendo la crítica y la rendición de cuentas en misión imposible.
No nos dejan otra opción. Soy europeista pero constato con total certeza que la Comisión Europea se ha vuelto nuestra gran enemiga (la Comisión, no la Unión). Los gobiernos que siguen sus dictados son cooperantes necesarios, por lo mismo son enemigos de sus ciudadanos; léase Pedro Sánchez y su banda de mamertos zascandiles.
El siglo XX y lo que va del XXI están consiguiendo, pero en sentido contrario, lo que nos trajo el final del siglo XIX, la humanización del trabajo y los reconocimientos de los derechos que todos traemos al nacer. ¿Qué es, pues? ¿Qué debemos vigilar? Nos están enseñando a cambiar conceptos, como, por ejemplo política y moral o creencias personales. Peor, algunos, nos quieren obligar a cambiar.
“Buceadores del prójimo” sería un buen apodo para todos aquellos con inteligencia natural, conocedores de los bajos fondos, osados por sus intereses, calculadores del riesgo, ficticios protectores del “Capo”, minuciosos controladores, matones de apariencia y abandonados por todos los que se dicen “limpios de corazón”, “Paterfamilias” “Camorra”, “Cosa Nostra. Pobres “Buceadores” asfixiados en tiempo y forma por los que los contrataron.
Cada día pienso con más determinación que George Orwell era un vidente que, quién sabe si consciente o inconscientemente, imaginó un futuro lúgubre, pero acertado. Su proeza reside en que describió dicho porvenir en una época sumamente complicada, la posguerra mundial.
Todos vienen a ser lo mismo respecto a el destino de los humanos, lo rigen y lo manipulan de manera tal que no hay quien pueda oponerse a su labor de controlarlos. Cosa parecida a los políticos que hoy nos gobiernan. Los enunciados en el título administraban la vida de las personas, las Parcas para los latinos eran Nona, Décima y Morta las moiras para los griegos eran Cloto, Láquesis y Átropos ('inexorable' o 'inevitable, la que cortaba el hilo de la vida de los humanos.
Cuando he escuchado las noticias de esta mañana en la radio, he sentido una sensación tan desagradable, tan llena de estupor, de pena y asco que he tenido que hacer un verdadero esfuerzo para empezar con normalidad el día. Aún así, mi corazón está dolido, muy dolido, por lo ocurrido anoche a una patrullera de la mil veces benemérita Guardia Civil, cuando fue embestida en Barbate por una narcolancha que produjo la muerte de dos guardias y otros dos heridos, uno de ellos muy grave.
Inevitable echar mano del refranero castellano porque “bien sabe el asno en qué casa rebuzna”. El nuevo pedagogo se ha enterado de los resultados descendentes que el informe PISA nos ha estampado por enésima vez; y él ha respondido tal como corresponde a su irresponsable gobernanza.
A diferencia de lo que le ocurre a otras personas, a mí no me extrañan las declaraciones y la posición política de Felipe González en los últimos años. Y, en especial, su continuo ataque a Pedro Sánchez y a su gobierno. Desde que dejó de ser presidente sólo se ha dedicado a ganar dinero y a vivir bien.
“Loco manía” es un sintagma que designa una obsesión, un apego chiflado y compulsivo. Hoy, se podría decir, el apego impensado a una presunta literalidad de la palabra que crearía mundos más allá de los hechos. El malentendido lingüístico (el propio Ferdinand de Saussure se maravillaría debido a este afán estúpido) se propaga como un juego de la verdad.
Las mentiras del presidente Sánchez, representado en el Pe-le-le que algunos energúmenos apalearon en Ferraz, ya no calan, ni siquiera en el pomposo Davos recientemente celebrado. Hoy Sánchez es un cero a la izquierda en la política europea, un «chuleta de sacristía», como demostró en su huida del Parlamento Europeo sin esperar a la contestación a sus vacías palabras. Tiene menos credibilidad que las muñecas de Famosa cuando se dirigen al Portal.
El fin del Sueño americano que transitó de la novela al cine, un viejo combate. Esta vez le toca al turno a la que, para muchos, es la obra maestra de uno de los gigantes de las letras contemporáneas: “Pastoral americana” (titulada acá “Fin del sueño americano”) de Philip Roth. En ella, “el sueco” Seymour Levov (Ewan McGregor), chico dorado de los suburbios de los años cincuenta, se casa con una Miss New Jersey (Jennifer Connelly) y deja atrás los complejos antisemitas que rondaban su vecindario.
Hola Señor. Estamos cerrando el año 2023, que si quisiera resumirlo podría emplear simplemente una palabra: aciago. En lo personal cada cual deberá describir el significado de dicha palabra. Ciertamente, algunos habrá que renieguen de ese término, por motivos muy diversos, pero concretos.
Sé que la entrevista que sigue no será creída, como poco será cuestionada. Pero yo no tengo otra opción que darla a publicar, pues mi trabajo me costó. La entrevista la realicé en el mismo campo, la grabé con el móvil y ahora la transcribo sin añadir nada, que cada uno opine lo que quiera, yo sólo sé que vi a ese tío que dicen que vuela en un carro, a pie de suelo, tan claro y material como tú y como yo.
Estados Unidos tiene unas 750 bases militares en más de 80 países y se dice que existen para garantizar la democracia en el mundo. Una justificación con muy poco fundamento. De 1945 a 2022, Estados Unidos ha impulsado o apoyado 350 operaciones destinadas a acabar con gobiernos instituidos en diferentes partes del mundo. De todos ellas, sólo el 12,5 % buscaron promover o trajeron la democracia. Quizá ocurra eso porque nadie puede exportar hacia fuera lo que no tiene en su interior.
|