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Parece que algo terrible está pasando en las aulas españolas. No es raro toparse con el apocalipsis educativo en tertulias o artículos varios, como, por ejemplo, el de Ana Iris Simón titulado “Lo progresista es dar dos pasos atrás”, publicado en El País el pasado 9 de diciembre. Argumentaba la escritora que la ruina de la educación española se asienta en las líneas pedagógicas innovadoras que últimamente pueblan las aulas.
Publicaba El Mundo (27 de octubre de 2023) un reportaje revelando que “tras décadas de fe ciega en la tecnología, los expertos en educación dan marcha atrás y redescubren la importancia del aula, la memorización, la caligrafía y los libros en papel: En los próximos años vamos a asistir a una ola de desdigitalización masiva".
En este siglo de grandes cambios tecnológicos nos encontramos ante retos en los diferentes niveles de la educación que modifican las formas de aprendizaje, por eso los docentes tienen la responsabilidad de constantemente actualizarse, ampliar los planes de estudio y modernizar la experiencia en las aulas.
Si un espectáculo hermoso se ha podido presenciar en estos días, ha sido el de la vuelta al colegio de nuestros niños. Bastaba con aproximarse a la puerta de cualquier colegio y contemplar la llegada de nuestros ángeles —sí, nuestros, no del Estado— con sus mochilas a la espalda. Algunas abultaban casi más que sus diminutas figuras, con sus falditas o pantalones cortos, cogidos de la mano de sus padres o abuelos.
Muchos padres y profesores afirman sentir que no cuentan con las herramientas necesarias para poder abordarlo adecuadamente, sobre todo en los casos de ciberacoso. Este último, según los expertos, conforma una de las mayores preocupaciones de la sociedad actual, ya que los jóvenes tienden a abusar de las nuevas tecnologías, por lo que la problemática no cesa en el colegio, sino que continúa sin límite alguno fuera de las aulas.
Los efectos de la crisis económica que vivimos en esta última década, y la entrada inesperada en una crisis tan profunda como la que estamos viviendo, hacen poner en valor la importancia de la formación para superar estos períodos de recesión.
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